Hace dos años a Nevith Condés lo asesinaron, recuerda una compañera que transmite en vivo la protesta de periodistas afuera de la Fiscalía mexiquense. La reportera es precisa en cada dato, porque el asesinato de Nevith y el de Enrique García le calaron al gremio.
En esta escena, la que reconstruye la periodista en su transmisión para los seguidores de su medio, hay lonas con fotos impresas, pancartas y muchas cámaras que tiran flash de aquí para allá.
“¿Qué queremos los periodistas?”, grita una compañera detrás de una bocina con altavoz. Y de inmediato hay una respuesta casi lógica: “¡Justicia!” y le siguen los nombres de Teresa Montaño, Nevith y Enrique.
Hay una explanada llena. Chocan los puños y no hay estrechón de manos por los protocolos anti Covid-19. La explanada de la Fiscalía la han ido llenando esos cuerpos que reportan a diario las noticias, con mochilas jorobadas, cachuchas contra el sol, tripies, cámaras y docenas de celulares que graban y a los que les pasan los dedos decenas de veces a prisa enviando avances de las notas.
“Hay que esperar un rato”, concensan los grupos que llegaron antes de iniciar el pronunciamiento. Hay un reportero que prepara el audio de una bocina y otros comenzaron a extender un par de lonas.
La compañera Violeta Huerta es quien toma el micrófono para comenzar con el pronunciamiento. En torno a ella y a los que extendieron las lonas, se reúnen las cámaras y las grabadoras.
Hay un conflicto evidente que desmenuza las emociones, porque los reporteros no deberían estar parados de este lado de la escena. Pero desde hace tiempo también los reporteros son noticia, reflexiona un compañero en las escalinatas de la Fiscalía, sosteniendo en su mano derecha el cordón de una cámara y con la izquierda, el extremo de una lona.
Hubo necesidad de cerrar la avenida con la luz roja del semáforo y luego marchar hasta el frente del palacio del Gobierno estatal.
“Lo hacemos porque somos como cualquier otro ciudadano, también tenemos ese derecho”, reflexiona el periodista Eduardo Alonso, al dar cuenta que un medio de comunicación no le da más poder a un periodista y padece el ineficaz sistema de justicia.
En esa reflexión el reportero alerta con un dato: en el Estado de México en lo que va del año se iniciaron 223 mil carpetas de investigación por delitos del fuero común. Por ello la justicia se vuelve casi un lujo.
Hace dos años, cuando fue asesinado Nevith, los periodistas también se congregaron a las afueras de la Fiscalía. Luego, no ha pasado nada. La familia de Nevith sigue esperando justicia y sus agresores siguen libres. Hay zozobra en que esta vez no pase nada tampoco. Por lo pronto Violeta y el resto de quienes coordinan el movimiento, han pedido esperar 15 días a la respuesta de las autoridades.