Las familias de los llamados "injustamente presos" cumplieron 10 días en un plantón y durmiendo en una celda frente al palacio del Gobierno estatal para solicitar amnistía.
A la reja le caben apenas el grupo de mujeres, un bulto de cobijas y un banquito para cada una.
Contigua a ésta, levantaron otra a la que le echaron una mesa y la usan de cocina. Hay lo básico como un garrafón de agua purificada, topers, platos de unicel, vasos y otros trastes en un bote.
Al techo le amarraron una lámpara eléctrica que funciona con pilas. La usan para las noches. El baño, es el público del parque.
Es fin de semana y la plaza de Los Mártires este sábado se llenó de pasantes, más que otros días salen las familias. Las otras familias, las que están en el plantón de la celda frente a palacio, solo los miran pasar.
"Parece que fuéramos invisibles", externa Lady Plácido, representante del colectivo Haz Valer mi Libertad, para reprochar que desde el gobierno del estado los ignoran desde hace 10 días.
Fue hace 10 días, el jueves en que Lady y las otras mujeres se ataron los candados a sus muñecas para iniciar el plantón.
ESPERAN ATENCIÓN
—Pásale, invita Lady mientras abre la reja. El grupo de mujeres realizaba una reunión sobre los gastos que se hacen a diario y que deben de cubrir entre todas.
En la otra celda, otra mujer prepara comida en una cacerola y una niña juega con su padre con un resorte de gusano.
"Ayer llovió", comentan las mujeres e intentan relajarse para olvidar que están en un plantón.
Toman sus agujas que siempre cargan en bolsas con metros de tela y comienzan a bordar. Pasan el tiempo bordando frases en servilletas que luego venden o tienden como cartulinas para protestar.
Las lonas azules que se pusieron encima de las rejas les han aliviado del sol. En los últimos días ha llovido en el Valle de Toluca. Por ratos la celda se siente a gusto con esas lonas azules.
"Es que nos agarraste justo haciendo nuestras cuentas de los gastos", explica Lady. Todas las mujeres en la celda sonríen.
El lugar pareciera por momentos una pequeña sala de alguno de sus hogares.
LOS IGNORAN
Afuera de la celda, todo el tiempo los vigila el personal de la Secretaría General de Gobierno y los policías. También las parejas pasan abrazados y por curiosidad miran hacia la celda pero no se detienen. Las mujeres son invisibles, pese a que la celda es imposible no toparla al pasar.
El miércoles pasado el grupo instaló una bandera. Le pusieron de asta un tubo de PVC, unos tres metros y lo amarraron a las rejas.
Del otro extremo de la reja, hay un bote forrado al que le pusieron la leyenda: Apoya. Gracias. Es para juntar fondos pero las personas donan poco.
"Ponemos el bote para que la gente coopere, es poco lo que se junta", dice Lady.
Aclaran que la reja, lo escaso de comida, agua, pilas, las idas al baño y todos los gastos, corren por su cuenta.
"No sabemos cuánto vamos a soportar porque ya son muchos días", externan las mujeres.
Este sábado tampoco hubo algún avance con la petición de audiencia con el gobernador Alfredo del Mazo.