En la actualidad el problema en México y el mundo es que todavía hay gente que no cree que la escasez del agua sea una preocupación, que el vital líquido nunca se va acabar porque solo está mal distribuido. La realidad es otra.
A nivel mundial más de 2 mil millones de personas (de un total de 8 mil millones) no tiene agua potable segura y en México más de 21 millones (de 126 millones 14 mil 24 habitantes) no cuentan con el acceso diario al vital líquido, pero no solo basta con conocer y aceptar el problema, es momento de tomar acciones.
Para ello la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Consultivo del Agua y Agua Capital, realizaron el taller “Agua en México: mitos, realidades y desafíos”, con el objetivo de sensibilizar a todos los sectores de la población para incrementar las acciones y el tema sea permanente en los medios de comunicación con la finalidad de encontrar mejores propuestas y soluciones.
“El futuro ya nos alcanzó, el año pasado ya vimos el “día cero” en Monterrey, la segunda ciudad más grande del país, ese momento llega cuando una comunidad o población en una zona urbana o rural no le llega un solo litro de agua en todos sus procesos, ni en la agricultura, industria y mucho menos en el sector doméstico”, señaló Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.
No obstante en el resto del país la situación tampoco es alentadora, México es un territorio con alta variabilidad hídrica hidrológica con la mayor escasez del agua en la zona norte, el 72% de las lluvias se concentra únicamente en cuatro meses, por lo que 2/3 partes del país se consideran áridas o semiáridas.
Jorge Arriaga Medina, coordinador ejecutivo de la Red de Agua de la UNAM, señaló que por si fuera poco solo el 50% del volumen recolectado de agua en alcantarillado recibe tratamiento, 60% de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación y el 40% del vital líquido se desperdicia en fugas.
La deforestación es otro de los grandes problemas ya que el 50% del territorio nacional ha perdido su cobertura vegetal y sufrido afectaciones a sus ecosistemas y fuentes de agua.
De los 653 acuíferos en el país 157 presentan una situación de sobreexplotación, también el 50% del volumen de agua subterránea proviene de acuíferos sobreexplotados.
¿Cómo se usa el agua en México?
De los diferentes sectores, Raúl Rodríguez Márquez detalló que el agropecuario utiliza el 76%, pero desperdicia cerca del 60% de agua por sobreexplotación, falta de tecnificación en los sistemas de riego, contaminación de cuencas y carencia de reaprovechamiento de aguas residuales.
En tanto que el otro 14.4% del vital líquido se usa en el abastecimiento público, el 4.9% en la industria y el 4.7% para la generación de energía eléctrica.
Aunque es el sector agrícola donde hay más problemas, también tiene las soluciones, al igual que los otros sectores como la industria y el abastecimiento público.
“Aguascalientes es un ejemplo de avance para reducir el consumo de agua en el sector agropecuario al cambiar una agricultura tradicional a cultivar hoy el berry y arándanos, que es muy rentable y les ha ido muy bien, esos casos de éxito hay que replicarlos en otros estados”, dijo el especialista.
Refirió que en la industria ya se han puesto las pilas y como ejemplo están las cerveceras que para producir un litro antes gastaban hasta ocho de agua y ahora solo utiliza 2.8 y 2.4 litros, en Chihuahua hay una empresa que tiene el récord mundial de eficiencia en relación al litro de cerveza por agua consumida al consumir 1.8 litros.
El Sistema Cutzamala
Eduardo Vázquez Herrera, Director Ejecutivo de Agua Capital y encargado de abordar el tema de la situación del agua en el Valle de México, señaló que hasta el 20 de marzo pasado el almacenamiento del Sistema Cutzamala que abastece al valle de México, Toluca y parte de la Ciudad de México era de 372.6 millones de metros cúbicos (Mm3). Las presas Villa Victoria, Valle de Bravo y El Bosque están en su peor nivel desde 1996.
“El almacenamiento histórico es de 553 Mm3 lo que representa un 70% de su capacidad máxima que es de 782.5 Mm3, sin embargo comparado con el actual hay una diferencia de -182.46 Mm3, y la tendencia es que este porcentaje aumentará en los próximos meses”, indicó.
En relación a las presas la de Villa Victoria tiene un almacenamiento de 68.24 Mm3 (36.7%), su histórico es de 122.04 Mm3 (65.7% de su capacidad máxima), en tanto que la de Valle de Bravo registra 202.57 Mm3 (51.4%), su histórico es de 326.49 Mm3, la de El Bosque tiene 101.82 Mm3 (50.3%), su histórico es de 104.48 Mm3.
Estrategias de solución
Ante el difícil panorama se presentaron y analizaron diferentes estrategias que permitan garantizar el vital líquido a todos los sectores, entre ellos: aumentar la disponibilidad y eficientar los usos al mantener y rehabilitar la infraestructura existente, pero también construir nueva, impulsar soluciones basadas en la naturaleza y conservar y proteger las fuentes de agua.
Robustecer el sistema financiero al aumentar los recursos dedicados al sector, diversificar las fuentes de financiamiento, un mejor sistema para recaudar tarifas y hacer sostenibles los servicios, así como apoyar inversiones para convertir aguas residuales que permitan reducir la escasez.
Es necesario revertir la sobreexplotación de cuencas y acuíferos, atender la contaminación de los cuerpos de agua, mitigar los riesgos de sequías e inundaciones, empatar el desarrollo urbano y el ordenamiento territorial con la gestión del agua.
Otra de las estrategias es a nivel legislación con el fortalecimiento de la gobernanza del agua al expedir una Ley General de Aguas, reglamentaria al derecho humano del agua y saneamiento, hacer más eficientes los mecanismos de conciliación y arbitraje para solucionar conflictos sociohídricos, así como impulsar la información y sensibilización de ciudadanos y tomadores de decisiones.
De igual forma es necesario fortalecer la vinculación entre la academia, gobierno, la iniciativa privada y sociedad civil, intercambiar experiencias y lecciones aprendidas con la comunidad internacional, detonar el desarrollo tecnológico y la innovación para que el agua en México no sea fuente de conflicto y discordia sino un eje de bienestar y desarrollo incluyente y sustentable.