En la cuenta regresiva para recibir el año nuevo hay quienes gustan de hacerlo con rituales se preparan para tener fortuna, abundancia y bendiciones.
En ese sentido harán usó de veladoras, semillas, frutas, ropa de determinado color e incluso hay personas que entran y salen de su hogar con maletas.
Uno de las creencias más populares es comer 12 uvas que representa cada uno de los meses del años, así cómo los deseos que piensa alcanzar una persona en los próximos 365 días. Este ritual consiste en degustar cada uva a la par de cada campana y pensar un deseo justo a cero horas del 1 de enero.
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Vale mencionar qué es uno de las acciones más acostumbradas por las familias pues en algunas mesas la noche del 31 de diciembre no falta el racimo.
Otro ritual es regalar borregos de la abundancia que regularmente en su cuello traen monedas. Esa figura se suele obsequiar o bien adquirir para tenerlo en hogar se dice su propósito es atraer el dinero y no falte a lo largo del año. Ese animal tiene un simbolismo en la religión católica y su pelaje se usa para producir prendas de lana.
Una creencia más es colocar un plato de semillas o lentejas, hacer bolsitas con ellas para atraer el ingreso económico o bien cocinarlas para comerlas. En Italia la leguminosas se le asocia a la bonanza económica y la riqueza, se refiere.
De igual manera se acostumbra el encendido de ceras, según el color es la petición, la roja para el amor, la amarilla el dinero, la blanca la paz y la verde salud.
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Un caso similar es utilizar ropa interior cuyas tonalidades más vendidas es el carmesí y amarillo, que por lo general simbolizan amor y prosperidad económica.
Para quiénes desean viajar, algunas personas cerca de la media noche entran y salen de su casa con una maleta. Una variante de ese ritual es dar una vuelta a la manzana y al interior del equipaje colocar prendas de vestir.
En la religión católica se acostumbra llevar a bendecir 12 velas ya sea la misa del 31 de diciembre o el 1 de enero que se deberán prender mensualmente el primer día.
En la mayoría de los casos se encomiendan a la Divina Providencia para que no falte casa, vestido y sustento.