La Secretaría del Campo del Gobierno del Estado de México cuenta con un registro de 700 apicultores que poseen 40 mil colmenas, las cuales producen aproximadamente 950 toneladas de miel al año, lo que representa el 2.1 por ciento en la producción melífera nacional y coloca a la entidad en lugar 14.
Este 20 de mayo se conmemora el Día Mundial de las Abejas, estos insectos son el mayor polinizador del mundo, su trabajo es esenciales para la biodiversidad y nuestra supervivencia.
El clima y la geografía del Estado de México son favorables para la supervivencia de las abejas y para la producción de miel; sin embargo, como en todo el planeta, los principales retos para su conservación en el ámbito rural son reducir el uso de plaguicidas, fomentar los policultivos asociados a la apicultura y entender que las abejas son grandes aliadas del campo.
Hay tres regiones mexiquenses donde la apicultura ha florecido: el sur que destaca como el mayor productor con los municipios de Amatepec, Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya, Amanalco, Valle de Bravo, Santo Tomas, Donato Guerra e Ixtapan del Oro.
En el centro los principales municipios melíferes son Toluca, Metepec, Tenancingo, Malinalco, Ocuilan, Villa Guerrero e Ixtapan de la Sal; mientras que en el oriente destacan Amecameca, Chalco, Tlalmanalco, Temamatla, Tenango del Aire, Ayapango, Juchitepec, Ozumba, Tepetlixpa y Ecatzingo.
La mayoría de las abejas son de tipo europeo, pero existen algunos pequeños productores en Amatepec, Tlatlaya, Temascaltepec, Sultepec y Valle de Bravo que mantienen con vida a la abeja melipona, endémica de México que se caracteriza por su color negro y no tener aguijón.
Entre las variedades de miel que se producen en la entidad destacan la de flor de aguacate, flor de azahar, flor de mezquite y la miel multifloral, además de productos derivados como la cera, el propóleo y la jalea real.
Igual que la mayoría de la agricultura mexiquense, la producción de miel en la entidad es de temporal, pues depende de las lluvias para que haya floración en los campos y áreas verdes y que las abejas se alimenten, pues no siempre los apicultores implementan cultivos asociados.
La actual administración estatal planea jardines polinizadores con vegetación endémica en beneficio no sólo de las abejas, también de las mariposas, los colibríes y los murciélagos, entre otras especies, pues más del 70 por ciento de los cultivos requieren de los polinizadores.
Desde la Secretaría del Campo también se fomenta que los productores puedan darle valor agregado a la miel y que la apicultura pueda ejercerse en huertos familiares y de traspatio; además se vigila que se cumpla con la normatividad ambiental y se cuide la inocuidad de la miel y derivados.