En los municipios mexiquenses existen miles de perros que buscan ser adoptados, pero éstos tardan hasta siete años en encontrar un hogar o, de plano, nunca los adoptan.
Cuando "Paquito" fue rescatado de las calles de Naucalpan, Estado de México, solo tenía tres meses de edad. El albergue al que lo llevaron no contaba con muchos medios para promover la adopción de los animales que rescataban, por lo que el perrito se mantuvo ahí durante cuatro años.
La organización civil Adopta un amigo comenzó a trabajar y decidieron llevar a "Paquito" a sus campañas de adopción, las cuales realizan cada 15 días, exposiciones en parques y centros comerciales, pese a que estaba en perfectas condiciones de salud y era sumamente tranquilo, nadie quería adoptarlo.
Al ser talla mediana y de pelaje negro, "Paquito" tenía menos posibilidades de encontrar un hogar que otros perros que buscaban ser adoptados; incluso, debido a los pelos blancos que tiene en el hocico y a su actitud tranquila, la gente pensaba que era muy viejo.
Fue hasta 7 años después que una familia decidió abrirle las puertas de su casa y convertirlo en un perrito viajero, pues, a donde van ellos, siempre lo llevan consigo.
Al igual que este pequeño perro, en los municipios existen miles que, pese a ser rescatados, esterilizados y hasta entrenados, tardarán hasta siete años en encontrar un hogar o, de plano, nunca lo harán, especialmente si son de talla grande, muy viejos o están enfermos.
Los perros que nadie quiere adoptar
Norma Espinoza, de la organización civil Adopta a un amigo, asegura que la población de perros callejeros no es precisamente pequeña y se estima que en el Valle de México hay por lo menos un millón 200 mil canes en situación de calle.
Además del hecho de que están en completo abandono, esta situación también es un problema de salud pública, pues la orina y heces de estos animales tienen efectos negativos en la salud de las personas.
Si bien existen diversas asociaciones, tanto civiles como gubernamentales, que se dedican a alejar a los perros de las calles, lo cierto es que encontrar hogar para cada uno de ellos no es una tarea sencilla, asegura.
“A lo largo de sus seis años de existencia, esta organización ha logrado dar en adopción a más de dos mil perros; sin embargo, cada caso es único y el tiempo que tardan en encontrar familia puede variar, debido a que no todos cuentan con las mismas posibilidades.
En las adopciones influye el aspecto o raza del animal. Por ejemplo, los perros que buscan ser adoptados y que son de raza suelen encontrar más rápido quién los adopte a comparación de los que son criollos; incluso, reciben muchísimas solicitudes de adopción más, sin importar que sean talla grande”, señala Norma.