Y los viejos bailaron, el cielo los escuchó y llovió, tras una pausa por la pandemia el pueblo retoma la tradición de los Viejos de Corpus y realizan su tradicional paseo por las calles principales del municipio de Temascalcingo.
"Es una tradición muy pero muy bonita que lleva muchos años y aunque ha cambiado, no pierde su fin: salir a bailar para primero agradecerle a nuestro santo patrono por todo lo que nos ha dado durante el año; y segundo, para pedirle que no se olvide de nosotros y nos mande el agua", dijo uno de los participantes y vecino de La Huerta.
Después de una pausa por el tema de la pandemia, pobladores de este municipio volvieron a salir a las calles para continuar con la tradición de los Viejos de Corpus.
Doña Juana López platicó que esta tradición ya viene de hace muchos años y recordó que su padre nació desde 1898, aunque antes la vestidura cambiaba pues pedían ropa vieja para salir y las máscaras era con piel de conejos.
"Los principales viejos llegaban. Con la campana suene y suene para presentar a la nueva familia. Visitaban el templo, le daban gracias a Dios e iban a los comercios para recaudar víveres o dinero", platicó.
Esta tradición es muy bonita desde las vísperas, pues se forman los viejitos, entran a la iglesia, le dan gracias al santo y le piden por el agua. Bailan, salen y entran las demás familias hasta que el toro mata al viejito o a la viejita.
Y ya en la fiesta principal, que es el jueves de corpus, vienen de todos los barrios y pueblos con su imagen, entran a misa y al salir comparten sus alimentos con todos los presentes.
"Los bailes de los viejitos es principalmente para pedirle a Dios que llueva, pues con agua todos comemos, ya que ayuda a todo lo que siembran. Y como ve, nunca nos ha quedado mal, pues cada año nos llueve", dijo la habitante de esta zona.
Por fortuna, mencionó doña Juana, esta tradición se ha extendido cada vez más, pues hay muchos niños que participan en este paseo y últimamente también mujeres se han sumado.
"Desde chiquitos les enseñan la tradición, pero sobre todo el agradecimiento a Dios por todo lo que nos da y nos permite seguir vivos. Mientras los viejos sigan bailando, seguirá lloviendo", finalizó doña Juana López, de 79 años de edad.
Prácticamente todo el día los diferentes grupos de viejos de corpus bailaron por la cabecera municipal para posteriormente seguir con la fiesta en sus pueblos.