La síndico de Cuautitlán, Sandra Arellano, denunció que servidores públicos de ese municipio la han bloqueado en sus funciones, ha sido víctima de intimidación por integrantes de una organización y no tiene información en torno al manejo de recursos de ese municipio.
En conferencia de prensa acusó que no le han pasado información de los contratos que se han firmado, ni de las finanzas municipales; tampoco de un crédito solicitado, y aún cuando ha presentado oficios para solicitarla no ha tenido respuestas.
Incluso, afirmó, el director de Obras le ha pedido solicitar la información a través de Transparencia, aún cuando como sindica debería conocer datos del uso de recursos, de pasivos, los pagos que se hacen, entre otros.
Afirmó que ya ha denunciado a la Fiscalía Anticorrupción, a la Contraloría Municipal, al Ministerio Público y al Tribunal Electoral; así como en la Contraloría del Poder Legislativo y ante el Órgano Superior de Fiscalización (OSFEM), pero no ve avances.
En el Tribunal Electoral, precisó, han vinculado a las autoridades municipales a darle información, pues no conoce ni la nómina del municipio, aún cuando por su cargo tiene atribuciones y responsabilidades en los temas de manejo de recursos.
Dijo que aún cuando ha pedido a la Contraloría iniciar procedimientos no le informan nada y ella está en riesgo de ser sancionada hasta penalmente cuando concluya su encargo por no cumplir con su labor, pero no la dejan hacerla.
Cuestionó de qué sirve denunciar si no pasa nada y advirtió que la figura de la sindicatura ha sido golpeada porque a través de algunos medios la han acusado de robar, de beber, aún cuando es abstemia y aclaró que no tiene acceso a recursos del ayuntamiento.
La violencia en su contra, dijo, es por el bloqueo a sus funciones, pues no la dejan ejercer y aunque en 2019 se aprobó solicitar un crédito no ha tenido información de cuánto contrataron, ni cómo se ha aplicado.
Señaló que la han acusado y difamado, pero además han bloqueado sus funciones y lo que vive, dijo, es un tema peligroso.
Refirió que existe un protocolo para atender la violencia política que no se atiende y la hostilidad ha subido de tono, pues hace unos días se realizó una manifestación de personas integrantes de una organización de transportistas que entraron en su oficina y gritaban consignas contra ella.
Advirtió que extrañamente no había personal de seguridad, por lo cual entraron libremente y entre gritos también ingresaron a la oficina de una regidora e hicieron destrozos, sin que hubiera consecuencias.
Acusó que teme por su integridad física y lamentó que ninguna autoridad haga nada, ni ofrezca respuesta a sus denuncias.
Morenistas que la acompañaron de otros municipios llamaron a detener la violencia y al partido Morena le exigieron evitar posibles actos de corrupción, violencia de género, corrupción, y otros.