Cansado de una constante persecución en su contra, el arzobispo de la Iglesia Católica Apostólica y Ecuménica, monseñor Isidoro Abad Olivares, denunció “casiquísmo” religioso por parte de sacerdotes y autoridades eclesiásticas de la Diócesis de Atlacomulco, ya que pese a contar con todos los requerimientos, señala, los tachan de falsos.

Explicó que desde su llegada a comunidades de los municipios de Acambay, Jilotepec y Timilpan en el año 2019, han sido prácticamente perseguidos por sacerdotes católicos romanos, pues además de falsos, los han acusado de ser pederastas, narcos y hasta participar en trata de blancas.

Los ataques hasta en las ceremonias religiosas, dijo, lo llevaron a iniciar las denuncias correspondientes e inclusive un citatorio emitido por parte del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM) a un sacerdote encargado de la comunidad de Pathé en Acambay.

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Monseñor Abad Olivares asegura que la tarea que han emprendido dos sacerdotes de Iglesia Católica Apostólica y Ecuménica en esta región de la entidad ha sido muy complicada, ya que, afirma, “hacemos 10 surcos y ellos los destruyen”.

Detalló que su iglesia camina con la comunidad y los sacerdotes deben contar con un trabajo estable, a fin de que no vivan de sus feligreses ni sean una carga para los mismos.

“Somos una iglesia igual que la Anglicana, pero nuestra forma de trabajo es diferente, sí nos unimos a los sacramentos porque creemos en Cristo, pero no en el Papa. Aquí todos nos apoyamos y crecemos en comunidad”, añadió el religioso.

Recalcó que en su caso las misas dominicales no se cobran y los demás servicios si bien tienen un costo, es mínimo. Sin embargo, en esta zona hay lugares donde cobran hasta 5 mil pesos por una misa. “Ellos les dicen a nuestros fieles que no obedecemos al Papa y que no contamos con licencias, pero claro que las tenemos, no como católicos romanos pero sí como ecuménicos”, asentó Isidoro Abad Olivares.

Destacó que su labor ha permitido contar ya con presencia en tres comunidades de los municipios de Acambay, Timilpan y Jilotepec, es decir, ya cuentan con alrededor de 2 mil 500 fieles, ya son pueblos enteros que caminan con ellos, indica.

“Ellos pregonan el celibato y si no tienen mujer tienen marido, el Papa dice no al aborto, pero con las mujeres que se meten las obligan a abortar”, expresó monseñor Abad Olivares.

Refirió que esa persecución ya tuvo consecuencias graves, pues tras la donación de una iglesia en San Nicolás Timilpan y ante la presión ejercida por las autoridades de la diócesis de Atlacomulco, ahora se las quieren arrebatar.

“Toda iglesia que llega a México debe cumplir con un proceso de cinco años, ello con el fin de caminar y afianzarse, nosotros ya lo hicimos, el proceso desde el año 2020 y gobernación nos aceptó como iglesia, solo falta un paso que es la protocolización”, agregó.

Subrayó que aunque ya han tenido una reunión con el obispo de Atlacomulco, monseñor Juan Odilón Martínez García, no se ha hecho nada y, por lo mismo, los ataques prevalecen.

Ante ello, hizo un llamado a las autoridades religiosas respectivas para que respeten su labor o de lo contrario, si prevalece la persecución, van a destapar las diversas irregularidades que se cometen en las parroquias de esta zona.