Después de cuatro años de mantener clausurada la plaza gastronómica Amador López de la Alameda de la capital mexiquense, este lunes personal del ayuntamiento de Toluca comenzaron a desalojar las mercancías y pertenencias de los ex locatarios, pero sin dar oportunidad de que los propietarios retiraran sus cosas.
Al percatarse de la diligencia, los comerciantes que estaban instalados en dicho espacio acudieron a la plaza, pero no se les permitió el acceso para recoger sus pertenencias.
“No nos notificaron que iban a desalojar y lo que queremos es que por lo menos nos den permiso de ver qué sirve y qué ya no, porque desde que cerraron la plaza no pudimos sacar nada”, comentó Fatima Serrano, ex locataria de la plaza Amador López.
Dichos espacios fueron inaugurados y entregados a comerciantes de la organización Alameda Cuahtémoc en 2012 por la entonces administración municipal de Martha Hilga González Calderón.
Sin embargo, en 2019, en la administración de Juan Rodofo Sánchez, fueron cerrados al público debido a que no se quiso renovar el convenio de comodato con los comerciantes.
Germán Cruz, ex locatario afectado, señaló que existe un inventario de la mercancía y los accesorios de trabajo que se quedaron en la plaza cuando ésta se cerró, pero la actual administración no la tiene y se les informó que nada sirve.
“Estamos molestos, primero porque no avisaron que iban a desalojar y porque ellos dicen que todo lo que está al interior ya es basura, pero eso es nuestro patrimonio”, expresó el comerciante.
Patrimonio, no basura
Este lunes personal del ayuntamiento acudió a la plaza gastronómica y comenzó a sacar de los locales mesas, comales, carritos, rejas de refresco, enseres de cocina e incluso electrodomésticos que echaron prácticamente a la basura.
Sin embargo, para los comerciantes se trata de su patrimonio que asciende en algunos casos a 30 mil y 40 mil pesos, así como herramientas con las que trabajaban a diario.
Es el caso de Rosa Carbajal, vendedora de jugos, quien tenía en su local dos extractores de jugo, cuatro licuadoras, un refrigerador, un congelador, vasos, copas y hasta una cama para su hijo.
“Resulta que todo es basura, y no es basura, porque es nuestro patrimonio y lo queremos de vuelta”, denunció la comerciante.
Paulino Martínez García, vendedor de quesadillas y originario de Pueblo Nuevo en la zona norte de Toluca, acudió este lunes a la plaza gastronómica para intentar rescatar sus herramientas de trabajo, pero su local estaba vacío.
“Ese es mi local, ahí tenía mis comales y vendía refresco, pero no hay nada”, explayó el hombre de la tercera edad.
Sobre el tema, el ayuntamiento de Toluca no otorgó ninguna versión hasta el momento.