Desangeladas campañas federales por el hartazgo del ciudadano

Pocos son los candidatos que recorren calles y encaran los reclamos de los mexiquenses

Patricina Venegas

  · viernes 27 de abril de 2018

Foto Especial


Naucalpan, México; "El hartazgo de la ciudadanía contra la corrupción y lujos en que viven líderes de los partidos políticos ha provocado una campaña electoral federal desangelada que no ha prendido en el ánimo y la efervescencia de los electores, mucha gente ni siquiera sabe que el primero de julio habrá elecciones", aseguró Carlos Lara, analista en cuestiones electorales de la Universidad del Valle de México (UVM) .

Afirmó que los candidatos presidenciales, Ricardo Anaya, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala y ahora Jaime Rodríguez el “Bronco”, están haciendo campaña únicamente con la militancia de sus partidos, porque no han podido penetrar a la sociedad civil, al igual que los aspirantes a las diputaciones federales y senadores.

Además las autoridades electorales, tanto el IEEM como el INE no han desplegado tampoco una campaña intensiva de promoción al voto, como si hubiese interés en que la ciudadanía no acuda a votar el próximo 1 de julio.

"Lo cierto, es que las campañas no prenden, no hay bullicio, ni efervescencia política en los municipios mexiquenses del Valle de México, de tal forma que los candidatos no están interesando a los ciudadanos para que se acerquen, aún con los señalamientos de corrupción que se hicieron los candidatos a la Presidencia de la República durante el primer debate", afirmó.

Existe un hartazgo de la ciudadanía que cree que todos los partidos políticos son iguales, por eso no voltean a verlos, “por ello se augura un elevado abstencionismo que podría llevar a la Presidencia de la República al candidato que tenga mayor estructura partidista y la sepa mover el día de las elecciones para que voten”, a puntó Lara.

Tampoco descarto que el efecto López Obrador se haga presente en las votaciones del 1 de julio, igual que lo hizo Vicente Fox en el 2000, donde mucha gente salió a votar, aunque no participó en las campañas.