Devoción juvenil: Crisis y violencia alienta fe en jóvenes

Advierte especialista que en zonas urbanas crece el culto a San Judas Tadeo ante la necesidad de un asidero espiritual

Por Adriana García

  · jueves 3 de mayo de 2018

Foto: José Hernández.


La fe no sólo mueve montañas, sino también a los jóvenes que en la actualidad enfrentan escenarios de violencia y desesperanza.

Ubicarse en la delgada línea entre la vida y la muerte, recibir un diagnóstico de salud adverso propio o de un familiar, no poder procrear o prácticamente estar desahuciado, son motivos para alentar la fe entre los jóvenes, quienes de acuerdo con una investigación académica incrementan la devoción hacia San Judas Tadeo, santo de los casos difíciles.

En las últimas dos décadas, entre la población juvenil ha crecido el culto a este santo, de acuerdo con el especialista en temas de religión de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Juan Luis Ramírez Rita, quien realiza un estudio sobre este fenómeno en la entidad y la Ciudad de México.

La devoción a San Judas Tadeo, indica, se encuentra principalmente en sitios urbanos como la capital de la República, donde se localiza el templo de San Hipólito, lugar que a nivel nacional destaca por la veneración a este apóstol, sobre todo los días 28 de cada mes, así como en octubre, cuando se celebra su fiesta.

Foto: José Hernández.


Esta tendencia se replica en parroquias, capillas y rectorías de todo el país, pues en la mayoría existe una imagen de San Judas Tadeo.

En la capital mexiquense es notoria la presencia de devotos en el templo de la Santa Veracruz.
El aumento de creyentes de San Judas, explica el académico, sucede a finales de la década de los noventa y a principios del siglo XXI.

La devoción es paralela a los años o temporadas de crisis sociales vividas en nuestro país, “corren en paralelo de la pobreza, la violencia y la crisis moral”.

Y algunos de los factores que han impulsado la devoción son los milagros concedidos, al visualizar a San Judas como un protector en contextos de violencia e inseguridad.

El investigador ha observado que los días 28 de cada mes no sólo acuden adultos a las iglesias, sino también jóvenes, incluso menores de 18 años. Es el caso de estudiantes de secundaria, identificados así por su uniforme escolar.

El estrato social de los jóvenes devotos, refiere, es amplio aunque una mayoría son de clase baja y media, quienes viven en colonias populares, en las urbes.


El CULTO

Ramírez señala que los devotos de San Judas llevan la imagen de este santo a las iglesias porque también implica simbolismo de cuidarse a sí mismo.

“Representan mi propio ser, por eso la cuido como si fuera yo, la lleno de medallitas, de milagros, fotografías, le colocó un manto o flores, es como si fuera una coraza mágica”, apunta.


NO ES MODA

El doctor en antropología también afirma que entre los jóvenes no es una moda la fe a San Judas. Recuerda la historia de un estudiante de sexto grado de primaria, quien perdió a su amigo y acudió a una iglesia con la imagen de San Judas Tadeo, la cual le regalaría al hermano de su compañero.

“Es un niño creyente y no un fanático, porque logró ponerse en los zapatos de otro ante un acto de violencia”.

Puntualiza que al aumentar los hechos violentos, ya seas delictivos, bullying o agresiones físicas, muchas personas han confiado en el este santo para ser protegidos.

Foto: José Hernández.

Una muestra de la reproducción o de los actos de fe, afirma, es la construcción de capillas o nichos, donde los vecinos acuden a santiguarse, rezar o convivir entorno a la imagen.


ASOCIADOS AL PELIGRO

San Judas Tadeo lleva el mismo nombre del apóstol que traicionó a Jesús, pero eso no ha sido impedimento para que los fieles depositen su fe en él, porque la iglesia católica lo llama el patrón de los casos dificiles o desesperados.

La fe abarca a los jóvenes, explica Juan Luis Ramírez, porque se encuentran en situaciones delicadas de violencia.

“Sí son delincuentes son jóvenes, si son policías son jóvenes, si son militares también, si son narcotraficantes también, este segmento está lleno de violencia y esta nutrido de jóvenes”, refiere.

El sector juvenil, comenta, también es quien más sufre por la falta de oportunidades laborales y educativas, pues son contados los espacios públicos de nivel medio y superior.

Foto: José Hernández.

Las opciones, dice, cada vez se cierran más para los jóvenes, quienes conviven en una transformación de valores de ser ganador a costa de quien sea, en lo que se llama una descarnada deshumanización.

Además, indica, es frecuente que muchos jóvenes fallecen por accidentes automovilísticos asociados al consumo de sustancias tóxicas.

“Este es el contexto donde surge el amplio arraigo juvenil por el culto a San Judas Tadeo, se les ha preguntado por qué vienes el templo, y contestan para que me cuide, si voy a trabajar, voy a la escuela, si me quedo en casa, si duermo, si despierto estoy en riesgo. Es una población vulnerable”, afirma.

Ramírez también pidió no estigmatizar a los fieles. “Si alguien está en una creencia es porque le hace falta al ser humano”.


LA FE JUVENIL, UN ALICIENTE

“Hace tres años mi esposa tenía problemas durante su embarazo, le pedí a San Judas para que me trajera con bien a mi niña, y así fue”, señaló Daniel Alberto, de 20 años de edad, quien abraza la figura del santo luego de salir de misa en la iglesia de la Santa Veracruz el pasado 28 de abril.

En total coincidencia se expresó José Luis Alegría, quien hace seis años se encomendó a San Judas porque a su pareja le diagnosticaron una lesión en la matriz, con lo cual le era imposible procrear, de intentarlo estaba en riesgo la vida de ella y del bebé, pero se embarazó y sus malestares terminaron. Su hija nació bien.

Foto: José Hernández.


“Un conocido me dijo lo milagroso de San Judas Tadeo y acudimos al templo de San Hipólito en la Ciudad de México, una señora se acercó, nos vio en la mirada el sufrimiento y nos regaló una imagen de ocho centímetros”, narró.

Desde ese momento, recordó, me tatué la imagen de San Judas y prometí que si me ayudaba con el peso que traía sobre la espalda me encargaría de venerarlo y dar a conocer sus milagros, “cada 28 de mes traigo la efigie de gran tamaño, regaló dulces y en su capilla en Cacalomacán organizó una comida para familiares y vecinos. Es en agradecimiento porque nada está escrito”, expresó.

Otra historia es la de Noemí, quien tiene 27 años de edad.

“A mi hijo le regalaron hace tres años la imagen de San Judas, porque se enfermaba mucho e incluso era hospitalizado por problemas de las vías respiratorias, pues tiene antecedentes familiares de asma, se lo encomendé y su salud ha mejorado.

“Llevamos tres años de creer en San Judas, en la casa le pongo flores y veladoras, además el 28 de octubre le hago una comida”, refiere.

Para Erika, de 15 años de edad, la devoción surgió en su familia hace más de un año cuando su padre estuvo en riesgo de que le fuera amputado un pie y a una de sus hermanas el médico le había comentado que no podría embarazarse. Finalmente los oraciones tuvieron efecto.

Ahora mi papá está bien escuchó nuestras peticiones y mi hermana tuvo un bebé. Mi mamá se encomendó a San Juditas, también nos ha ayudado en cuestión de trabajo”, dice.

Y aunque directamente San Judas no le ha hecho un milagro, la joven Karla Ivett recordó que su fe en este santo surgió desde chiquita porque su papá le enseñó a rezarle.

“Es algo muy bonito que me ayuda a sanar, toda mi familia cree en él, venimos a la Santa Veracruz cada 28 de mes”, comenta.

Foto: José Hernández.