Mientras continúa la militarización en la frontera para intentar controlar el flujo migratorio hacia Estados Unidos; en la zona de Lechería, en Tultitlán, ha disminuido la presencia de centroamericanos.
Vecinos de la zona aseguran que la migración es un problema lejano para ellos, "porque ahora la temida Bestia viaja vacía".
Las vías del llamado tren de la muerte corren paralelas a las del tren suburbano en la estación de Lechería, donde los centroamericanos hacían su lugar de descanso.
Lechería contaba hasta julio de 2012 con un albergue que daba a los migrantes apoyo, comida y un lugar para dormir. Después de numerosas quejas de vecinos provocadas por la inseguridad, la Casa Del Migrante San Juan Diego cerró sus puertas.
Hasta hace todavía dos meses llegaban a la estación de Lechería para descansar un rato; hoy los habitantes de la zona aseguran que “la tranquilidad ha vuelto a las colonias que rodean la zona, porque ya no hay presencia de migrantes”.
Pidieron que elementos de migración lleguen a Lechería, para cuidar la zona, porque no dudan que en los próximos meses vuelvan a tomar las vías del tren.
Sin embargo muchos de los que se encontraban en Tultitlán, se trasladaron a otros municipios cercanos en espera que la situación se normalice para continuar con su búsqueda del sueño americano.
Viven de la limosna que les dan automovilistas y duermen bajo los puentes viales y en colonias de extrema pobreza en el Valle de México.