Afortunadamente, el Estado de México no se ubica entre las entidades del país con mayor número de casos de dengue al cuantificar un total de mil 742 personas confirmadas con esta enfermedad y cuatro defunciones, siendo Otzoloapan, Tejupilco, Tlatlaya y Tonatico, los municipios que concentran el mayor número de personas con este padecimiento.
De acuerdo con información del Sistema de Vigilancia Epidemiológica del gobierno federal, correspondiente a la semana 36, la mayor cantidad de casos a nivel local corresponden a la categoría "dengue no grave (DNG)", con mil 304 personas con este padecimiento.
En lo que corresponde a Otzoloapan, se han registrado en lo que va del 2024 a un total de 61 personas con DNG y cero casos tanto de dengue con signos de alarma (DCSA), como de dengue grave (DG).
Mientras que en Tejupilco, se registran 715 pacientes con DNG y 244 con DCSA; Tlatlaya a 183 con DNG y 123 con DCSA y Tonatico con 55 personas con DNG y ocho en la categoría de DNG.
Cabe mencionar que este padecimiento comienza cuando desaparece la fiebre y se produce un dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz, cansancio, agitación, heces con sangre, sed intensa, piel pálida, así como debilidad.
Asimismo, existen vacunas en desarrollo que se llaman tetravalentes, porque tienen componentes de las cuatro variantes del dengue.
Es importante señalar que el dengue es una enfermedad asociada a los climas y regiones tropicales, pero también a la pobreza, la marginación y la carencia de servicios tanto públicos como al interior de la vivienda.
Hoy debido a que la prueba de PCR es cara, en México, sólo se confirman del 5 al 10% de los casos, y los estados con mayor número de personas con DNG son Jalisco, con 429; Nuevo León con 361 y Veracruz con 296.
En contraste, existen entidades en donde no se presentan casos de DNG, como Chihuahua, la Ciudad de México, Tlaxcala y Zacatecas.
Finalmente, entre los factores que influyen en la propagación del dengue a nivel global, se encuentran los cambios en la distribución de los vectores de mosquitos, especialmente en los países que no habían padecido dengue, y la inestabilidad política y financiera de las naciones que se enfrentan a crisis humanitarias complejas y a grandes movimientos de población.