El arribo de Andrés Manuel López Obrador al gobierno federal configura una nueva relación política para la administración del Estado de México. Inédita, pues una fuerza de izquierda llega al poder presidencial con la exigencia de mayor transparencia y rendición de cuentas.
El primer cambio será la convivencia del gobierno estatal, de extracción priista, con la coordinadora o delegada de la nueva administración federal, Delfina Gómez Álvarez.
Diputados locales de Morena aclaran que mediante esa figura no invadirán facultades, ni generarán choques con el gobierno de Alfredo del Mazo.
Por el contrario, afirman, existirá un enlace con la administración federal para aterrizar apoyos financieros, aunque la tónica será generar mayor eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos.
Gómez Álvarez es senadora con licencia y fue candidata a la gubernatura mexiquense en 2017, perdió frente al actual mandatario estatal.
El coordinador legislativo de Morena en el Congreso local, Maurilio Hernández, afirmó que funcionarios como Gómez Álvarez no serán “superdelegados”, sino delegados del gobierno federal encargados de la coordinación de programas, lo cual permitirá adelgazar el aparato burocrático.
Descartó que el perfil de estos delegados sea invasivo o autoritario, por el contrario, su tarea será la organización administrativa, sin facultades supletorias hacia la autoridad local, pero con la responsabilidad de garantizar la aplicación correcta de los recursos públicos.
EXIGENCIA
El también diputado local de Morena, Tanech Sánchez, apuntó que la exigencia es buscar una mayor transparencia.
Debe haber mucha transparencia, propusimos que haya mecanismos de fiscalización más reales y eso pasa también por las relaciones del gobierno estatal y federal.
Su compañero de bancada, Benigno Martínez, aclaró que la intención no es provocar enfrentamientos, sino tener una actitud constructiva en las líneas de transparencia y eficiencia en la ejecución de los recursos públicos.
La figura de la maestra Delfina no es de choque, de manera muy respetuosa ejecutará lo que le corresponde, pero no viene en ningún sentido a crear desventaja con las instituciones del estado, ni a dejarlas de apoyar.
“Es un cambio de régimen, donde vamos a ir a un gobierno más participativo, donde los ciudadanos estarán más involucrados”, aseguró.
La vicecoordinadora legislativa de Morena, Karina Labastida, también descartó la posibilidad de algún choque.
CONTRASTE
Distinta es la visión de los ahora partidos opositores al gobierno federal.
El dirigente estatal del PRD y diputado local, Omar Ortega, consideró que la figura de los coordinadores o delegados del gobierno federal implica un presidencialismo autoritario, pues invaden la autonomía de los estados.
Adelantó que podrían ocurrir enfrentamientos. “Esto va a parecer una monarquía más que una república representativa y federal”, afirmó.
José Couttolenc, diputado local del PVEM, reconoció que existe una expectativa gigantesca. Aclaró que a la entidad le irá bien si hay acuerdos y diálogo.