Naucalpan, México.- De acuerdo a un análisis realizado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la demanda de alimentos en el 2050 se incrementará un 70 por ciento, lo que implicará un aumento en el uso de los recursos hídricos, por lo que es importante un uso correcto y manejo del agua, pues la sostenibilidad hídrica, aparece identificada como un desafío nacional, por parte de la Auditoria Superior de la Federación.
En la producción agrícola, se desperdicia el 61 por ciento del agua de riego, ya que sólo se utiliza el 40 por ciento del recurso disponible. “Entre 1950 y el 2013, la población aumentó 4.5 veces, en contraste, la disponibilidad natural per cápita de agua, disminuyó un 77.9 por ciento”.
José Dolores López Barrios, secretario general de la CIOAC, detalló que es ahí donde debería estar enfocada la política agropecuaria y no solamente del comercio exterior, a fin de beneficiar a las pequeñas unidades de producción y no a los más ricos, como sucede ahora.
Lo que significa que con una buena gestión integral del uso del agua se podría contribuir al incremento en la producción de alimentos y superar la pobreza y la dependencia alimentaria, pues no se tendría que importar más de 28 mil millones de dólares en alimentos básicos como sucedió en el 2017.
Precisó que la política agropecuaria mexicana tiene muy bien alimentada a la población norteamericana, pero a millones de mexicanos en pobreza extrema.
Recordó que para producir 13 millones de toneladas de maíz se necesitan 1.8 millones de hectáreas de riego, en cambio, si la producción se llevará a cabo en áreas de temporal, la extensión alcanzaría los 6.6 millones de hectáreas y los niveles de producción se podrían incrementar al doble con una mejor gestión integral en el manejo hídrico.
El líder campesino aseguró que el programa como el de tecnificación del riego, la SAGARPA, no ha cumplido con las disposiciones legales y normativas aplicables en la materia.
El asunto del manejo del agua en el campo, es de tal relevancia que las pérdidas en la producción de alimentos son mayúsculas, dada la ausencia de un buen manejo integral del vital líquido; además de las fallas de los programas, “que nos lleva a ser insuficientes en la producción interna de alimentos y nos obligan a importar, perdiendo empleos y no estamos enfrentando a los retos del futuro”.