El ADN y el envejecimiento cognitivo exitoso

¿Qué factores propician que las personas alcancen edades avanzadas en la vida —80, 90, 100 años— y que además las alcancen con el mayor bienestar posible?

Por Amapola Nava / Conacyt

  · viernes 13 de julio de 2018

Toluca, México.- A las cuatro de la mañana del 15 de junio de 2004 la antorcha olímpica llegó a la Ciudad de México como parte de su recorrido para encender el fuego olímpico en Atenas, Grecia. Esa fue la primera vez que la antorcha circunnavegó la Tierra, y durante su paso por México una de las atletas que condujo la llama fue Rosario Iglesias, mejor conocida como “Chayito”, la maratonista mexicana de 94 años.

¿Qué factores propician que las personas alcancen edades avanzadas en la vida —80, 90, 100 años— y que además las alcancen con el mayor bienestar posible? Esta es una de las preguntas que se hace Humberto Nicolini Sánchez, investigador del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), quien ha decidido enfocarse en el estudio del envejecimiento exitoso.

El envejecimiento exitoso es todo un concepto que analiza las condiciones de vida, las actitudes y las decisiones de las personas que viven la vejez con buena movilidad, con una buena red social, que tienen un buen desarrollo cognitivo y que mantienen una ausencia de psicopatologías, explica el científico.

Como investigador delLaboratorio Genómica de Enfermedades Psiquiátricas y Neurodegenerativasdel Inmegen, a Humberto Nicolini le interesa la salud mental, y en este caso la preservación de la salud cognitiva y de las funciones mentales durante el envejecimiento, y puso en curso el proyecto Estudio del epigenoma en población con envejecimiento cognitivo exitoso.

El objetivo es distinguir qué hace diferentes a las personas que tienen un envejecimiento cognitivo exitoso, qué partes de su genoma son diferentes, qué tipo de interacciones con el ambiente y qué hábitos han moldeado su epigenoma.

Fragilidad y vejez

Humberto Nicolini explica que la medicina suele enfocar sus esfuerzos en estudiar la enfermedad. Por ejemplo, cuando se estudia el Alzheimer, se comparan grupos de personas con la enfermedad y grupos de personas sin la enfermedad —llamados grupos control—, pero toda la atención se centra en la patología y se le presta muy poca atención a las variables biológicas que aportan para que las personas tengan un envejecimiento exitoso. Es decir, las investigaciones se enmarcan en el concepto de fragilidad, que habla sobre la vulnerabilidad que adquieren las personas conforme avanza la vida.

Probablemente tanto la fragilidad como el envejecimiento exitoso buscan explicar los mismos procesos, pero uno en términos de enfermedad y el otro en términos de promover la buena salud, la buena actitud y las buenas capacidades, señala el investigador.

“En términos de cognición, se han encontrado genes que sí vuelven a las personas más vulnerables al Alzheimer, pero también existen variantes que promueven resistencia a la enfermedad. Así como hay variantes genéticas de riesgo, hay algunas que se han asociado a un mejor desempeño y, claro, también están los cambios a nivel epigenético, que nos hablan de la posibilidad de 'apagar' o 'prender' las variables genéticas de forma selectiva”.

Epigenoma y envejecimiento

El epigenoma recuerda que lo que está escrito en los genes no es el destino. Es un conjunto de marcas en el ADN que no alteran su estructura básica pero sí modifican la forma en la que se lee. El epigenoma puede impedir o propiciar que se expresen algunos genes y está mediado por el ambiente, es decir, la exposición a fármacos, la alimentación, el sueño y otros factores pueden modificarlo.

“Por ejemplo, sabemos que factores ambientales adversos como las pérdidas o el estrés, pueden interactuar con el epigenoma, y que influyen de manera negativa en la calidad de vida, pero también podría haber factores ambientales positivos que interactúen con el epigenoma y abonen a un envejecimiento exitoso”.

Para el investigador, identificar las características biológicas medibles, que aporten al envejecimiento exitoso, podría ayudar a poner en términos científicos los beneficios de los hábitos de vida y promover actividades que propicien un cambio positivo en el epigenoma.

Recompensas para envejecer con éxito

Existen acciones o hábitos que la población considera benéficos para lograr un envejecimiento exitoso, por ejemplo, tomar cierto suplemento alimenticio. Pero Humberto Nicolini explica que se necesitan estudios que aclaren si en verdad esos hábitos están teniendo un impacto biológico en las personas que los practican. Una vez que se sepa cuáles sí contribuyen al éxito en el envejecimiento, se pueden diseñar estrategias que ayuden a las personas a desarrollar esos hábitos.

“Sabemos que tener retroalimentación de qué tanto una acción está siendo productiva se vuelve un inductor de la conducta, por ejemplo, cosas sencillas como llevar un contador en estos juegos en las redes sociales en donde se ganan puntos o estrellitas. Este contador que le dice al jugador qué tan exitoso es, atrapa mucho más y lo hace tener más atención y más entusiasmo en el juego”.

Para el investigador, este tipo de técnicas se podría implementar para ayudar a las personas a apreciar las consecuencias a largo plazo de sus hábitos —por ejemplo, dormir una cantidad adecuada de horas— y, con bases sólidas y científicas, decirle que está abonando para tener una vejez con mayor movilidad, cognición o relaciones sociales.

“Estas estrategias parecen un tanto ingenuas, o infantiles, pero funcionamos mucho con esos sistemas de recompensas y de estimulación, de inductores de nuestra conducta”.

Recompensas para envejecer con éxito

El estudio de Humberto Nicolini incluye adultos mayores con diferentes niveles de funcionamiento: personas con deterioro cognitivo leve, personas con Alzheimer y personas con características de un envejecimiento cognitivo exitoso.

“Se les hace una historia clínica con una visión longitudinal (por periodos de años o décadas), buscando hábitos, recopilando datos de vínculos sociales, actividades de esparcimiento, calidad de redes sociales, soporte familiar, calidad de vida, además de su funcionamiento cognitivo”.

El investigador, junto con un equipo de científicos, aplica pruebas establecidas a los voluntarios y busca patrones en su epigenoma.

El proyecto, que aún está en curso, busca si las diferencias en el epigenoma de las personas que tienen un envejecimiento cognitivo exitoso están en zonas del genoma relacionadas con algún gen que afecte sistemas bioquímicos que influyan en la salud.

“Por ejemplo, con una función del procesamiento de la dopamina o a lo mejor con la función de una enzima hepática que ayude al adecuado procesamiento de los medicamentos. Puede haber muchas explicaciones pero deben tener sentido biológico”.

Para el investigador, explorar el tema desde un enfoque diferente puede traer varias sorpresas, y aunque señala que los procesos bioquímicos son tan complejos y tienen tantas causas que encontrar que un solo factor es el que contribuye a un envejecimiento cognitivo exitoso no es realista, integrar todos los sistemas puede orientar sobre cómo protegerse de los procesos neurodegenerativos y avanzar por la vida de manera exitosa.