Cierto, la fe no sólo mueve montañas, también sirve de combustible para guadalupanos procedentes de Valle de Bravo y Amanalco que desde el viernes iniciaron su caminar hasta los pies de la Virgen de Guadalupe. Un trayecto de más de 140 kilómetros que lo aminoran con cánticos religiosos y una esperanza que se refleja en los ojos alegres de la Morenita del Tepeyac.
“Mi virgencita es quien me guía y quiere que llegue a sus pies para mirarla a los ojos”, dijo doña Rosa, una mujer de 65 años de edad, mientras miraba con esperanza la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Y así, comenzó el caminar guadalupano. Poco más de 200 peregrinos de Amanalco habían salido al filo del mediodía de la iglesia de Amanalco de Becerra y sus pies comenzaban a devorar el pavimento de la carretera a Toluca. La primer pausa del contingente la hicieron en la comunidad Agua Bendita, un salón de fiestas fue el recinto para compartir el pan y la sal.
“Hemos llegado a nuestra primera pausa y lo hemos hecho acompañados por nuestro sacerdote, a quien le debemos dar un aplauso”, dijo una de las encargadas de este grupo, al tiempo que los peregrinos se acomodaban para tomar un breve descanso.
Al son de la palabra ¡al ataque!, los romeros conformados por familias enteras se levantaron del suelo y se formaron para recibir la comida que les ofrecieron habitantes de la comunidad de Agua Bendita.
Arroz con huevo, frijoles, papas en salsa roja y agua de piña, era el primer menú que consumían ante la mirada de las imágenes de la Virgen de Guadalupe montadas en carritos adornadas con flores, “esto apenas comienza, pero cualquier cansancio no se compara con llegar a ver a Nuestra Madre”, refería un peregrino mientras comía su plato de arroz bañado de salsa verde.
La pausa de una hora había terminado. Era la hora de retomar el camino y salir cantando rumbo a su siguiente punto. Renovados, volvieron a tomar la carretera y las banderas rojas que cuidan al contingente volvieron aparecer para alertar a los automovilistas.
A tan sólo unos pocos kilómetros, casi mil 500 peregrinos provenientes de Valle de Bravo les seguían el paso. Al tono de ¡Ay pero qué reque te bueno!, es alabar a nuestro Señor, no sólo caminaban mujeres, hombres, niños y ancianos, sino algunos bailaban al ritmo de la música.
Cargando imágenes, banderas y cubiertos con sombreros y gorras, los guadalupanos avanzaban poco a poco en su travesía que los acercaba a su punto de descanso; la iglesia de la comunidad de Agua Bendita, para después continuar y llegar este domingo a la Plaza de los Mártires de esta ciudad de Toluca, donde se espera salgan este lunes junto con otros 38 mil peregrinos con rumbo a la Basílica de Guadalupe después de la bendición del obispo Francisco Javier Chavolla Ramos.
“A qué vamos, pues a agradecerle todo lo que nos ha dado nuestra virgencita. Le hemos pedido tanto y tanto, que no podemos hacer otra cosa que agradecerle por estar aquí. A eso voy yo, a agradecerle a mi virgencita preciosa”, narró una guadalupana mientras caminaba en el contingente proveniente de Valle de Bravo.