El fuego puede ser benéfico en los bosques, siempre y cuando exista un adecuado manejo del mismo, informó José Iván Zúñiga, Gerente de Paisajes Forestales del Instituto de Recursos Mundiales (WRI por las siglas en inglés de "World Resources Institute"), quien precisó que en el caso del Estado de México, las quemas controladas son actividades útiles para la propia ecología.
"Hay bosques que son muy sensibles al fuego y llegan a tener impactos muy fuertes, por ejemplo las selvas bajas y medianas no deben de correrles fuego, pero los bosques templados que tengan pino tipo encino sí requieren fuego, los bosques del Estado de México, en general, requieren que les corra fuego cada cierto tiempo, una cosa es que corra fuego y otra muy distinta es que haya incendios".
"El fuego tiene cierta temperatura, altura e impacto, el incendio es cuando se sale de control ese fuego porque hay mucho material combustible acumulado en los bosques por distintos factores, como que no se haya quemado en mucho tiempo, por el crecimiento de la masa forestal, pero no como debería ser ecológicamente o combatimos los fuegos aunque sean bajitos, y eso hace que se acumule el material combustible que generará los incendios”, precisó José Iván Zúñiga.
Sin embargo, las condiciones climáticas que actualmente se viven en el mundo entero, como los periodos de sequía y estiaje, así como las bajas o nulas precipitaciones, también influyen en que se inicie el fuego en los bosques, que eventualmente terminan convirtiéndose en incendios forestales.
Edoméx cuenta con buena política de gestión y manejo del fuego
El investigador del WRI aseguró que, en el Estado de México, se ha tenido una correcta política de gestión y manejo del fuego, con lo cual se ayuda a quemar el exceso de material combustible y por consiguiente, a evitar fuego descontrolado que se convierta en un incendio forestal.
“No es lo mismo combatir y extinguir los fuegos o el incendio que gestionar un fuego y gestionar los materiales combustibles en el monto. La gestión del fuego en los sistemas adaptados a este elemento, como los bosques templados, identifica los periodos naturales del bosque que deben quemarse un poco, un ejemplo serían las brechas cortafuegos y líneas negras, para que cuando corra el fuego no se amplíe".
“En el caso del combate y extinción es cuando ya el fuego literalmente se apaga por completo por parte de las brigadas y los bomberos, pero esto, después de varios años genera mucho material combustible y de energía, por lo que cuando haya fuego se podrá salir de control fácilmente e incluso, será más difícil apagarlo”, explicó el investigador entrevistado por esta casa editorial.
Recordó que tanto la Comisión Nacional Forestal (Conafor) como la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), capacitan a brigadistas, técnicos y especialistas locales a fin de que puedan hacer quemas controladas, incluso las agrícolas, y así disminuir los riesgos de incendios forestales.
José Iván Zúñiga precisó que, en la entidad, se tiene un promedio de detección de un incendio forestal de 8 minutos, toma alrededor de 60 minutos para que los brigadistas lleguen al lugar y en casi cinco horas se controlan las quemazones.
Del 01 de enero al 06 de marzo del año en curso, en el Estado de México se han registrado 239 incendios forestales con una superficie afectada de mil 430.23 hectáreas (has), de las cuales, mil 331.03 corresponden a arbusto y pastizal, mientras que 92.20 has corresponden a arbolado de renuevo y 7.0 has de arbolado adulto, de acuerdo con datos de Probosque.
Cabe recordar que en enero pasado, el titular de Probosque, Alejandro Santiago Sánchez Vélez, informó que este año los incendios forestales podrían incrementar entre un 12 o 14% respecto de 2023, en el Estado de México, debido a que los ciclos de precipitaciones han disminuido en los últimos años.
A la par, anunció que la institución a su cargo trabaja en la elaboración de mapas que contribuyan en la identificación de las zonas más susceptibles en materia de incendios forestales, para lo cual se pretende implementar el uso de drones y otras herramientas tecnológicas.
A lo anterior, sumó el inicio del análisis estadístico de los eventos climatológicos registrados desde 1950, mismos que ayudarán a tener un panorama ampliado sobre las condiciones climatológicas de las nueve regiones de la entidad.
Una vez identificados los “puntos rojos”, serán concentradas con mayor intensidad las actividades preventivas, entre ellas las brechas cortafuego y líneas negras.
