Las primeras estructuras de la bóveda del río Verdiguel, en Toluca, Estado de México, cuentan con una antigüedad de más de cien años, por lo que la erosión en sus materiales y la falta de mantenimiento han causado 20 fallas desde el año 1980 y hasta la fecha, entre ellas el colapso más reciente de una de sus paredes en la colonia Los Ángeles.
Este caudal tiene nacimiento en las faldas del volcán Xinantécatl, también conocido como Nevado de Toluca, con el Arroyo Cano en la periferia del poblado de Santiago Tlacotepec, El Gualupeño y Cacalomacán, sin embargo, cuenta con otros ramales que alimentan al Verdiguel, entre ellos el arroyo Caballero, que desciende de San Antonio Buenavista.
Es hasta la periferia de Ciudad Universitaria, justo en la esquina de Paseo Universidad y Paseo Tollocan, que todos estos embalses se convierten en uno solo, mismo que recorre una longitud de 65 kilómetros para desembocar en el río Lerma.
Si bien en el año 1809 se construyeron los puentes y los respaldos de la caja del Verdiguel, fue hasta finales de esa década que iniciaron las primeras obras para embovedar el agua, mismas que concluyeron cerca del año 1920, explica el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Luis Eduardo Mejía Pedrero.
La antigüedad de las primeras estructuras es el primer factor en contra que hoy las autoridades enfrentan cuando se trata del Río Verdiguel, pues aún con los esfuerzos realizados en 2020 para reforzar una parte de la estructura bajo tierra en el centro de Toluca, se tienen al menos doce puntos de riesgo identificados, mismos que en cualquier momento podrían colapsar.
Estos puntos de riesgo fueron identificados tras un estudio realizado por el gobierno municipal y estatal, con el apoyo de especialistas diversos, entre ellos el investigador de la UAEMéx, Mejía Pedrero, quien informó a El Sol de Toluca que la abovedada tiene una longitud de 36.84 kilómetros y hasta 2020 se tenían contabilizados 398 inmuebles sobre la ésta estructura o en su zona de influencia, mismos que estaban en riesgo latente, además de más de 35 mil personas expuestas.
La bóveda
Derivado de un estudio técnico realizado en 2020, se tiene confirmado que los tramos embovedados empiezan en el arroyo Cano en la avenida Las Torres y Venustiano Carranza, en el arroyo Caballero en el Centro Cultural Mexiquense y propiamente en el río Verdiguel en la calle Filiberto Navas.
Ésta bóveda también cuenta con diferentes secciones transversales y rectangulares, cuya estructura está conformada con concreto armado: una en la Nueva Oxtotitlán, otra en Ciudad Universitaria, una más en la Avenida de los Maestros, otra en Isidro Fabela y una última norte de Santiago Miltepec.
En tanto que en su parte central tiene una forma de herradura elaborada con mampostería de piedra braza y cantera, sin embargo, algunos tramos nuevos cuentan con tubería de concreto.
El especialista en arquitectura Luis Eduardo Mejía, explicó a ésta casa editorial que todos tramos de la bóveda están sujetos a la erosión provocada por el transcurso del agua que conduce el Verdiguel, además del roce por la fricción de arenas y sólidos que lleva, y por la contaminación que tiene el agua residual, factores que contribuyen al desgaste y deterioro de las estructuras de la bóveda.
Con los últimos recorridos realizados en las entrañas del Verdiguel por autoridades y especialistas, también se estableció que en el tramo de Ciudad Universitaria la bóveda presenta daños en el acero estructural de la losa, otros daños severos se localizaron en el tramo entre el Andador Agustín Millán y La Alameda de Toluca, donde se estableció la pérdida de plantilla y desgaste acelerado en cambios de sección.
Además, en el tramo del boulevard Adolfo López Mateos la bóveda tiene pérdida de plantilla, pérdida de recubrimiento y fracturas por sobrecarga en la parte superior de la bóveda, especifica el investigador consultado.
El estudio en cuestión estableció que los doce puntos de riesgo del río Verdiguel son: la Intersección del río Verdiguel y la avenida Jesús Reyes Heroles; la Intersección del arroyo Cano y el colector Jesús Reyes Heroles; la caja de Interconexión en la calle Laguna Isla de Padre en la colonia Nueva Oxtotitlán; el cruce del Paseo Tollocan y el arroyo Cano, así como la Intersección avenida Morelos y andador Agustín Millán.
A los anteriores se sumaron el punto de la Avenida Andrés Quintana Roo y el edificio El Molino; uno más en la calle Primo de Verdad (a un costado de Palacio de Gobierno estatal), otro en el Edificio Plaza Toluca; también en la avenida Juárez y 16 de septiembre; en el Boulevard Adolfo López Mateos entre las colonias Los Ángeles y Rancho La Mora; en la Intersección de Isidro Fabela y Boulevard Adolfo López Mateos en Miltepec, así como en San Andrés Cuexcontitlán, al norte de Toluca.
Población en riesgo
Durante la administración del alcalde Felipe Chávez Becerril, en el trienio 1948-1950, arrancó un programa denominado "Terrenos ganados al río Verdiguel", a través del que el gobierno municipal de Toluca "vendió el río" a sus colindantes.
Ese fue el inicio de las construcciones inadecuadas sobre la bóveda del Verdiguel, señaló el catedrático de la UAEMéx, Luis Eduardo Mejía Pedrero.
En una entrevista separada, el investigador del Colegio Mexiquense, Alfonso Iracheta Cenecorta mencionó que los colapsos de la bóveda del río Verdiguel e incluso las graves inundaciones registradas en municipios del Valle de México, son resultado de la falta de planeación y reconstrucción de las ciudades por parte de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, quienes han permitido el asentamiento urbano en zonas y regiones donde el riesgo es latente por sus características geográficas.
Iracheta Cenecorta recordó la tendencia de tapar los ríos en lugar de cuidar el agua, como el Verdiguel de Toluca y el Ocoyoacac ubicado en la zona de Lerma y Ocoyoacac, ha derivado en el riesgo a la población que indebidamente se termina asentando en sus inmediaciones.
“Éstas situaciones nos hacen cuestionar al gobierno qué va a hacer para replantear lo que no se ha logrado en el pasado, que es ordenar el crecimiento de nuestras localidades, ciudades, a nivel metropolitano en el valle de Toluca, y cómo vamos a recuperar el ambiente que se ha ido perdiendo, como los humedales y las lagunas de Lerma”, argumentó el investigador.
El maestro en Planeación Regional y Diseño Urbano declaró que se requieren soluciones concretas en el trayecto del río Verdiguel, como lo es la definición de las áreas de mayor riesgo actualmente, para crear proyectos que permitan la reubicación de la población asentada en esas zonas, a lugares con certeza jurídica y garantía de no riesgo.
Algo similar deberá realizarse en las zonas identificadas susceptibles a inundaciones devastadoras, como la ocurrida en el municipio de Chalco.
“(La definición de las áreas de riesgo) no sólo es aplicable en el trayecto del río Verdiguel, sino en todo el entorno de Lerma, donde hay gente que está pretendiendo construir en las zonas donde son humedales, hoy en Toluca se sigue construyendo y hay gente que todavía no está ni enterada que el río (Verdiguel) pasa por debajo de su casa.
“Es increíble que lleguemos a esos extremos de no respetar el cause de un río, esto que ocurrió da la oportunidad de hacer cambios importantes, como lo es la definición del suelo apto y no apto para la urbanización, porque son patrimonio, por el riesgo de hundimiento o de inundabilidad, entre algunas otras”, declaró Alfonso Iracheta.
Reconoció que se trata de un cambio fuerte, profundo y costoso que decenas de familias podrían rechazar por la negativa de reubicarse, no obstante, podría tratarse de proyectos que garanticen la seguridad de las personas.
Y subrayó la necesidad de contar con una reconstrucción urbana, a través de la que se mitigue el impacto de la mala planeación que en la actualidad prevalece.
Colapsos del Verdiguel
Debido a su antigüedad de más de cien años, la bóveda del Verdiguel ha registrado alrededor de 20 colapsos y fallas.
El primero ocurrió en el año 1980 con la ruptura de la bóveda en la avenida Lerdo y avenida de los maestros. En 1992 se registró el colapso de 25 metros de longitud de dicha bóveda en la calle Adolfo López Mateos, en Santiago Miltepec, mientras que dos años más tarde se reportó el taponamiento en el cause por puente en la calle Fútbol, en la colonia Deportiva.
En 1995 hubo una primera falla en la calle Eduardo González y Pichardo, en 1998 se registró la caída en el Edificio el Venado en la avenida Independencia. Ese mismo año también hubo una caída de parte de la estructura de la bóveda en Santiago Miltepec y, al año siguiente, se registró un nuevo colapso en la calle Adolfo López Mateos, nuevamente en Miltepec.
Con el inicio del nuevo siglo (año 2000) se registró una nueva caída de la estructura de la bóveda en la calle 21 de marzo; en 2003 el colapso en la calle Felipe Villanueva, entre Sebastián Lerdo de Tejada y Miguel Hidalgo y en 2006 hubo un taponamiento con un vehículo al inicio de la infraestructura subterránea en Paseo Tollocan.
Para 2007 se registró una nueva caída de dicha estructura subterránea en la avenida Felipe Villanueva y en 2008 ocurrió otra más en el edificio del SUTEYM en la avenida Sebastián Lerdo de Tejada. Dos años más tarde se suscitó un nuevo siniestro, con la falla de la bóveda a un costado del Palacio de Justicia, en el centro de Toluca.
Ese mismo año ocurrió la caída de un muro lateral en Santiago Miltepec, en 2011 el asentamiento de un muro norte de la bóveda entre 21 de Marzo y Pedro Ascencio, así como una falla en Santiago Miltepec.
En el año 2015 una persona perdió la vida luego del colapso de la bóveda en Andrés Quintana Roo, a unos pasos de la Alameda de Toluca; en 2016 se registró un nuevo colapso de un muro marginal del encauzamiento del río en Santiago Miltepec, en 2017 se reportó la caída de la bóveda en Aurelio Venegas, justo en el estacionamiento de la Fiscalía de Delitos Electorales.
En 2019 se identificó la fractura de la bóveda dentro del edificio Plaza Toluca sobre la avenida Lerdo de Tejada esquina con Benito Juárez, mientras que el caso más reciente ocurrió el pasado 21 de agosto, en la avenida Adolfo López Mateos, en la colonia Los Ángeles.
De acuerdo con el investigador de la UAEMéx, Luis Eduardo Mejía Pedrero, la capacidad promedio de conducción del río Verdiguel es de 30 metros cúbicos por segundo, sin embargo, hay sitios estrechos donde se reduce a sólo 18 metros cúbicos por segundo, lo que aumenta el riesgo de colapso debido a la presión que el agua puede llegar a ejercer en la estructura de la bóveda.
Propuestas
El investigador Mejía Pedrero sostuvo que los constantes colapsos y fallas en la bóveda del río Verdiguel, son advertencias que las autoridades municipal y estatal, deben atender de manera inmediata, pues en cualquier momento podría registrarse un nuevo percance.
Señaló que con el estudio técnico realizado en 2020 (el más reciente), se tienen identificados los puntos más vulnerables del río, y todos ellos representan riesgos graves a la población asentada en viviendas, edificios y comercios.
“Estos colapsos no son más que un síntoma del grave problema que se tiene en la bóveda, a ésta entrábamos antes de cada temporada de lluvias, yo personalmente entraba dependiendo de dónde estuviera trabajando, si en la Conagua, en los Ayuntamientos o en la universidad, verificábamos el estado en el que estaba y derivado de eso se emitían las recomendaciones a ejecutar.
“Realmente los incidentes habían sido pocos gracias a este tipo de acciones, pero tengo la referencia de que en los últimos tres años no se ha llevado a cabo ningún recorrido ni diagnóstico, por eso se puede deducir que lo ocurrido recientemente en la colonia Los Ángeles es consecuencia de la omisión”, declaró Luis Eduardo Mejía Pedraza.
Al ser cuestionado sobre las acciones que se requieren emprender para atender dicha situación, el catedrático de la UAEMex señaló que son varias, pero entre las más urgentes destacan los reforzamientos de la bóveda, sobre todo en los puntos de riesgo identificados, además de emprender una segunda etapa del colector de alivio sobre Hidalgo y Morelos.
Así como acciones debajo de la Cámara de Diputados local y los edificios de La Violeta y El Venado, mismos que también se encuentran en riesgo.
Para lo anterior, dijo, se requiere integrar un comité de vigilancia del río Verdiguel con participación de autoridades de los tres órdenes de gobierno, ciudadanía y academia, la construcción de vasos reguladores e infraestructura de retención de azolve y flujo, así como el mejoramiento de la calidad del agua que fluye por el cauce.
