La solidaridad también va al salón de belleza. Es el caso de la estética "Beauty Diversus", donde se busca garantizar el autoempleo para integrantes de la comunidad trans del valle de Toluca.
El concepto fue lanzado como "Beauty Diversus Salón Spa Tanya Vázquez" y también sería el inicio de una franquicia de negocios.
Iniciaron con el slogan “Sentirte bien y el verte bien no tiene género”, explicó la activista Tanya Vázquez. Este salón de belleza cuenta con servicios hilados en pro de la belleza y la salud física.
"Ante la falta de oportunidades laborales y políticas públicas, tenemos que tomar acciones para crear proyectos sustentables de autoempleo.
"Beauty Diversus Salón Spa Tanya Vázquez tiene como objetivo generar empleos a integrantes de la comunidad", apuntó.
Con la iniciativa se encaminan a crear una red de socios en cada especialidad de los servicios que otorga "Diversus", dando prioridad a los integrantes de la comunidad LGBT+ que se ubican en esta zona del estado.
"Es un proyecto incluyente dando oportunidades de empleo y crecimiento a comunidad LGBT+, pero lo más importante es la inclusión real de mujeres diversas (mujeres trans), aunque es un proyecto pensando en la diversidad sexual, si alguna persona heterosexual desea sumarse es bienvenido", subrayó Vázquez.
Para la activista y microempresaria de la comunidad trans, el desempleo y la crisis arrojados por la pandemia de la Covid-19, se debe apreciar como un motor para emprender.
De esta forma, pensó en fundar "Diversus", que es el inicio de una serie de salones de belleza multifuncionales que tienen la ambición de ser la primera franquicia de su tipo en el valle de Toluca.
“Este es un proyecto que se suma a otros que ya tenemos, pero en especial este queremos ampliarlo y hacer una franquicia”, añadió Vázquez.
Ya ha iniciado otros proyectos similares, pero de menor magnitud. El año pasado abrió otras dos estéticas ubicadas en Zinacantepec y Toluca, que también emplean a sus compañeras de la comunidad trans.
Ambos negocios cambiaron su nombre por el de "Diversus" y son ahora las primeras dos sucursales de este nuevo proyecto.
"Como la mayoría de los mexicanos nos vimos afectados por la pandemia por Covid-19, pero resistimos y aún siguen las dos estéticas que se llaman 'Génesis', ahora cambiarán el nombre a 'Diversus' para sumarlas al proyecto", explicó Vázquez.
Sobre la propuesta de las franquicias que pretenden para "Diversus", Vázquez destacó que la marca buscará tener socios que inviertan y ayuden a generar más empleos.
"Vender no, pero sí buscar aliados para generar una cadena de salones spa para generar más empleos", señaló.
Resistencia a la pandemia
Diversus es un salón de belleza que abrió en medio de un contexto de pandemia, que actualmente es más esperanzador, debido a que muchas actividades comerciales han abierto con el permiso de tener aforos más amplios.
Ubicado en la colonia Nueva Santa María de las Rosas, calle Francisco Vázquez, número 129, en Toluca, Estado de México, ofrece atención a través de citas o de manera improvisada cuando los clientes llegan por algún corte de cabello.
El lunes pasado 27 de septiembre, Tanya y otros de sus socios cortaron el listón. Decidieron ofrecer cuatro servicios enfocados en la belleza: el microblading (maquillaje permanente), el cual está a cargo de una mujer trans inmigrante.
El servicio de spa contará con masajes terapéuticos, y lo atiende un hombre trans. Así como el servicio de pestañas, el cual lo da una joven no binaria. Para el caso del servicio de corte y barbería, se asociaron con un joven cisgénero, quien está al frente del espacio.
Tanya expuso que los servicios se ampliarán, para cubrir otras necesidades de belleza y salud de sus clientes. "Seguimos en busca de la o el profesional de corte femenino, un nutriólogo, incluso endocrinólogo para atender a personas trans en su RTH (proceso hormonal)", comentó.
Recuperación
Sin embargo, aunque Diversus es un negocio nuevo, hay otros salones de belleza en el valle de Toluca que han tenido que aguantar el impacto de la pandemia desde hace más de un año, como en el caso del establecimiento de Guadalupe, quien se alegra que un cliente frecuente retornó a pedir su corte de siempre; es un buen augurio.
La crisis económica que arrastró la Covid-19 ha cerrado todos los locales en la misma calle donde se ubica su estética.
El negocio al interior hasta hace 10 meses estaba vacío. Las sillas giratorias, lociones, peines y tijeras permanecían en cajoneras. Sólo el televisor encendido acompañaba a Lupe en las pocas horas que mantenía abierto, pero en los últimos meses, los clientes han ido retornando.
"Se habían espantado joven", reflexiona Guadalupe. A ella no le queda de otra más que abrir para poder pagar la parte de su renta.
Aún abre con miedo y zozobra de los contagios, pero más precavida y acostumbrada a cortar pelo con la pandemia.
Por ello rocía con líquido desinfectante las sillas, los plásticos protectores, las tijeras e incluso las aspas de la máquina de corte.
"Abrimos pero no la jugamos, como se dice", expresa la trabajadora informal.