Diputados locales de los diferentes grupos parlamentarios defendieron que en la 60 Legislatura mexiquense han bajado gastos, han renunciado a apoyos y privilegios y se han ceñido al principio de austeridad, por lo cual hay austeridad, aunque para algunos todavía podrían “apretarse aún más el cinturón”.
En entrevistas por separado, legisladores de Morena, PRI, PRD y PVEM advirtieron que desde su llegada renunciaron al seguro de gastos médicos mayores, a gastos de oficinas, a acceder al Programa de Apoyo a la Comunidad (PAC) para gestionar hasta 2.5 millones de pesos cada uno y el Congreso no les paga ni comidas, ni oficinas, ni viáticos, ni viajes. Disminuyeron gastos por horas extras y eventos.
Además, por primera ocasión disminuyeron el presupuesto del Poder Legislativo mexiquense y consideraron injusto que se señale como costo por diputado el gasto anual dividido entre cada uno de los 75 legisladores y opinaron que con menos recursos trabajan más.
Ese dinero, explicaron, se destina también al personal y a las áreas de: Asuntos Parlamentarios, el Órgano Superior de Fiscalización (OSFEM), la Contraloría, el Instituto de Estudios Legislativos, la Secretaría de Administración, Comunicación Social, la Unidad de Información y la Biblioteca.
Los diputados de Morena Faustino de la Cruz y Max Correa, y los coordinadores del PRI, Miguel Sámano; del PAN, Anuar Azar, del PRD, Omar Ortega y del PVEM, José Couttolenc aseguraron que esta Legislatura es más austera.
Los morenistas admitieron que han encontrado resistencias, pero destacaron que en el estado de México han cumplido con el mandato de ser austeros, pues ejemplificaron que no tienen los vehículos, ni apoyos que en otras legislaturas les daban, y a diferencia de los Congresos dominados por el PRI, en la actual Legislatura, donde Morena es mayoría, sesionan dos veces por semana.