Tejupilco México.- A casi un par de meses del temblor que casi les tira su escuela, decenas de alumnos de la primaria Carlos Hank González en la comunidad del Sauz de San Lucas, toman clases a la intemperie y en casas de adobe que les prestaron, ya que no pueden ingresar a sus aulas, pues según un dictamen profesional, el inmueble tiene que ser demolido.
Techos de plásticos y árboles, así como butacas a la intemperie, forman las aulas de varios grupos de alumnos de la escuela primaria antes referida, después de que el sismo prácticamente acabó su inmueble educativo de más de medio siglo de existencia.
Y es que luego del temblor, la escuela quedó muy deteriorada, ya que las bardas resultaron con enormes grietas e inclusive los techos colgados, "como la escuela está casi al fondo de un cerro, pues quedó muy mal y por lo mismo ya no se puede ocupar", señaló el director del plantel ubicado en la comunidad de El Sauz de San Lucas, a casi una hora de Tejupilco.
Indicó que después del temblor, se quedaron sin clases los alumnos, pero un dictamen efectuado por autoridades de protección civil municipal propició el regreso de los alumnos y maestros.
Sin embargo, dijo que un segundo peritaje llevado a cabo por personal profesional de la UAEM, dejó en claro que esta escuela tenía que ser derribada y construirse en un nuevo sitio, no obstante, a la fecha no han tenido respuesta de las autoridades correspondientes.
"Hemos hecho las solicitudes respectivas, pero no nos hacen caso, por eso y a petición de los padres de familia, los niños siguen tomando clases debajo de la sombra de un árbol, techos de plástico o inclusive en dos cuartos de adobe de una casa aledaña", asentó la autoridad educativa.
Esta situación, refirió, afecta el desempeño de los alumnos, ya que los maestros deben ingeniar un método de enseñanza sin pizarrón u otros apoyos didácticos.
Refirió que en esta situación se encuentran casi 100 alumnos, "tenemos grupos en el comedor, debajo de los árboles y en techos de plásticos, así como en unos cuartos de una casa que nos prestaron, ya que es preferible dar clases afuera que adentro, debido a que hay mucho riesgo", añadió.
Y es que quienes hicieron el dictamen, indicaron que por las condiciones de la escuela, ésta tenía que ser derribada y construirse en otra parte, por lo que ya se les notificó a las autoridades correspondientes, pero hasta el momento no ha habido respuesta.
Explicó que en este inmueble que cuenta ya con más de medio siglo de construcción, conviven poco más de 120 personas, entre alumnos, maestros y padres de familia que ayudan a la elaboración de desayunos y comidas para los pequeños.
Ante ello, consideraron como una urgencia contar con unas aulas móviles para que alumnos y profesores puedan realizar sus tareas, "ya tenemos ubicados tres sitios donde poder construir la escuela, pero sólo falta la intervención de las autoridades para que inicien los trabajos del nuevo inmueble", finalizó el director de este plantel educativo.