El pasado mes de septiembre la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México y el Instituto Nacional de Migración llegaron al municipio de Huehuetoca donde iniciaron una campaña de atención a personas migrantes, lo que incidió en una baja considerable de estas personas que provienen de Centroamérica.
Dicha zona es la de mayor afluencia de migrantes en situación de movilidad, de acuerdo al Instituto Nacional de Migración.
En estos momentos no hay presencia de migración en Huehuetoca y municipios vecinos como Apaxco, Zumpango y Coyotepec.
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Cuando inició la emigración de centroamericanos en el mes de septiembre de este año la Codhem gestionó que el Instituto de Salud del Estado de México ofreciera apoyos médicos cada miércoles en la Casa del Migrante “San Juan Diego Cuauhtlatoatzin”.
Rosa Isela vecina del lugar, informó que esta zona es la de mayor afluencia de personas en situación de movilidad, porque ahí esperan abordar algún tren que los lleve al norte del país.
“Ahorita ya no hay movimiento, de repente llegan grupos de cinco o dos personas en busca de abordar el tren que tarda hasta 8 días para pasar y que va al norte del país”, explica la vecina.
La jornada en Huehuetoca fue parte de una campaña impulsada por la Codhem que tenía por objeto trabajar de manera coordinada con las autoridades que brindan atención y servicios a las personas migrantes, bajo la premisa de que las acciones realizadas en campo son las que más benefician a este sector en situación de vulnerabilidad y garantizan sus derechos humanos.
La visitadora de Atención y Coordinación Especializada de la Codhem, Rocío Sánchez Molina y la titular de la Oficina de Representación del INM en la entidad, Esmeralda Yamilet Martínez Monreal, encabezaron la campaña con la que se acercaron servicios médicos, orientación y asesoría jurídica, información y gestión de trámites.
Integrantes de la Casa del Migrante “San Juan Diego Cuauhtlatoatzin”, señalan que ya casi no hay presencia de migrantes en estos meses, pero quien llega se le ofrece ayuda humanitaria.
Muchos de ellos prefieren andar en las calles por temor a ser detenidos o afectados en sus derechos humanos, detallaron los entrevistados.