Luego de tres días, el desastre aún sigue en el hogar de Martina. El lodo persiste en los pisos, en los enceres, la ropa, incluso en sus pies.
El martes fue el día en que se desbordó de nueva cuenta el río El Jaral, que nace en el Xinantécatl y cruza por varios municipios del valle de Toluca.
“El río creció y desde hace años que no subía tanto el agua”, explica Martina mientras carga una cazuela en la que preparó comida para los militares y servidores públicos que llevan tres días limpiando las viviendas en la colonia Mazachulco, municipio de Mexicaltzingo.
HECHOS
La tarde del martes pasado una fuerte tormenta provocó inundaciones en al menos 20 viviendas de la colonia Mazachulco en el municipio de Mexicaltzingo.
El agua subió más de metro y medio en las viviendas y en la carretera Toluca-Tenango del Valle debido al desborde del río El Jaral.
En la zona el Ejército Mexicano tuvo que aplicar en Plan DN-III para auxiliar a las familias que resultaron afectadas con el agua y el lodo.
VIVEN CON EL RIESGO
Los vecinos de la calle Ignacio Allende advierten que viven en constante riesgo de inundarse. En esta ocasión fue porque aún no es temporada de lluvias y el río no está desazolvado.
"Esto pasó porque el río no está limpio, por eso se desbordó", señala Roberta, otra vecina de la zona.
La zona de más alto riesgo de las inmediaciones del río El Jaral, comienza desde San Bartolomé Tlaltelulco, donde el río toma prácticamente el lugar de una calle.
BONDAD Y TRAGEDIA
Martina y sus vecinas no han parado desde el martes: primero escombrando sus domicilios entre el lodo. Lo que servía, lo sacaron y lo lavaron, el resto lo dejaron a merced del clima y el abandono.
Pero allí en la tragedia, también hay bondad, porque Martina y sus vecinas se organizaron y en el patio de una casa, de las que sufrieron menos las inclemencias, instalaron un comedor comunitario y le han dado de comer a los militares, a los policías, bomberos, trabajadores de limpia y voluntarios.
"Aunque sea un taquito, pero les estamos dando porque nos han ayudado", expresa la mujer mientras camina en el lodo y van de un lado a otro sirviendo agua.
En México, la bondad y la solidaridad florece aún más en la tragedia, incluso de quienes lo pierden todo.