El ayuntamiento de Toluca podría suspender los tradicionales viernes sonideros que se llevan a cabo en la Alameda Central, ello ante supuestas quejas ciudadanas donde refieren malos comportamientos de quienes acuden a estos eventos.
De acuerdo al presidente de la mesa directiva de la Concha Acústica de Toluca, que también se encarga de la organización de estos eventos sonideros, Javier Medina, anunció que posiblemente los viernes de baile sean suspendidos.
Señaló que posiblemente este viernes 22 de noviembre sea el último día de baile sonidero, debido a que ante supuestas quejas ciudadanas se reportaron malos comportamientos.
Indicó que al parecer este tema será analizado en la próxima reunión de cabildo de la semana que viene y, por lo mismo, ahí mismo se decidirá si continuarán o darán por terminados los viernes bailes.
Detalló que las supuestas denuncias ciudadanas tienen que ver con consumo de bebidas embriagantes y drogas, sin embargo, aseguró que no se ha registrado ningún incidente durante los eventos.
Recordó que los bailes sonideros surgieron como un espacio de esparcimiento para los jóvenes que acudían también a la Concha Acústica y pedían otro tipo de música.
Fue así, que mientras martes y jueves, los bailes se centraron en adultos mayores con música de danzón y cumbia, el viernes se organizaron eventos sonideros como un espacio para los jóvenes.
Ante ello, Javier Medina pidió a los asistentes a unirse para evitar que los bailes sonideros sean suspendidos, pues al parecer la consigna es que ya no se lleven a cabo.
Asimismo, el presidente de la mesa directiva hizo un llamado no sólo a los asistentes a la Alameda Central de Toluca, sino a los que acuden a la Concha Acústica, para que su comportamiento sea el adecuado, porque las autoridades municipales observan.
“Ya nos están negando los permisos para los viernes sonideros que porque hay venta de bebida y se drogan, si alguien acude es mentira porque hemos estado al pendiente de los eventos”, añadió.
Destacó que quienes acuden a estos eventos organizados en la Concha Acústica y la Alameda Central de Toluca conforman una familia de bailadores donde se comparte, incluso el pan y la sal, derivado de los lazos de amistad.