Griselda Gonzalez es una usuaria mexiquense afectada por el cierre de varias líneas del Metro, aseguró que se le ha complicado el trayecto diario a su trabajo ubicado en la Ciudad de México.
“Me siento doblemente temerosa, o me corren del despacho por los retrasos o me contagio de coronavirus”, expresó.
Con 41 años, residente desde hace más de una década en el municipio de Tonanitla, en entrevista vía telefónica, relató que el pasado sábado por la mañana al saber del incendio a las instalaciones de Metro, le restó importancia pensando que sería solucionado ese fin de semana.
Sin embargo el lunes que se reincorporó a su trabajo en un despacho contable ubicado en la Alcaldía de Coyoacán, se dio cuenta que no sería fácil.
Con el tiempo calculado a lo largo de los años, salió de su hogar a las 04:00 horas. Indicó que le es imposible salir antes ya que no hay medio de transporte más temprano en su comunidad.
“Mi hora de entrada es a la 8 de la mañana, de Tonanitla al Metro Indios Verdes son 45 minutos, más un poquito más de hora y media de las 19 estaciones hasta Miguel Ángel de Quevedo y una caminata de 15 a 20 minutos, llego entre las 7:40 y casi las 8”.
Griselda mencionó que el lunes fue objeto de una reprimenda por parte de su jefe, ya que llegó después de las 10 de la mañana, aún cuando ya conocían la situación de la movilidad para quienes viajan en Metro.
Relató que su llegada al Metro Indios Verdes no tuvo contratiempo; sin embargo afuera de Cetram (Centro de Transferencia Modal) imperaba el desorden, ya que a pesar que el gobierno de la Ciudad de México apoyó con unidades RTP, no hubo suficientes vehículos, tampoco personal para coordinar el abordaje a los camiones.
“Me siento horrible, los camiones van llenísimos, entiendo que todos queremos llegar a nuestros trabajos pero, tengo miedo de contagiarme de Covid, además de que no tengo seguridad social. He considerado buscar algo más cerca, pero no hay nada”, expresó.
Griselda aseguró que en la parte económica no ha sido de gran ayuda, al menos para ella, ya que para no tener problemas con sus jefes, ha optado por compartir taxi con otras dos personas y debe de pagar 30 pesos solo de ida y otros 15 de regreso cuando toma dos microbuses, cuando únicamente pagaba 10 pesos por dos boletos del metro.