Tras permanecer en confinamiento por la pandemia de Covid-19, la sociedad requiere de una “aspirina” psicológica que permita afrontar las emociones, como la ansiedad, ante el retorno a los salones de clases y espacios de trabajo, aseguraron especialistas en psicología.
El retorno a una nueva normalidad en dichos entornos no será fácil, no sólo desde el aspecto físico sino emocional: la ansiedad tendrá que ser canalizada de la mejor forma para que la sociedad vuelva a adaptarse a una nueva realidad.
En ese sentido, Alejandro Gutiérrez Cedeño, coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), señaló que la sociedad se encuentra ante una circunstancia de afrontar o enfrentar un cumulo de emociones, que desde el punto de vista psicológico dan esa capacidad de adaptarnos.
“Seguro que las personas van a sufrir reacciones físicas y psicológicas, es porque el cuerpo se está adaptando después de un año y medio de confinamiento. Es así, que todo lo que tenga que ver con regreso o convivio va a generar emociones de protección, pero también de rechazo a la reintegración que nos pueden llevar a la destrucción”, aseguró el especialista.
Emociones
El maestro en psicología refirió que en este proceso de adaptación habrá cinco emociones básicas que serán parte del camino que son: el miedo, sorpresa o asombro, aversión, enojo o ira y finalmente la soledad.
La primera emoción, indicó, es el miedo y se caracteriza por dos cosas: la ansiedad y la otra la anticipación para la sobrevivencia, que está ligada a la primera. Ante esta situación recomendó no tener miedo al miedo, pues es un factor protector para disminuir la ansiedad y anticiparse a lo que viene.
Por su parte, la sorpresa o el asombro, indicó, se presenta porque actualmente el mundo y la sociedad se encuentran en un desconcierto total. En esta emoción la clave es decir sí al asombro, pero de forma favorable para que brinde una seguridad y tranquilidad de que con las medidas de protección no habrá contagios.
También, añadió, se encuentra la aversión, que es la que lleva a las personas a alejarse de todo y no salir inclusive ni a la escuela, misma que puede relacionarse con el síndrome del ermitaño.
La cuarta emoción, dijo, tiene que ver con el enojo, la ira y rabia, misma que ha provocado en la sociedad un incremento en la violencia, por eso, añadió, se ven más pleitos y agresiones.
Por último y la emoción que consideró más alarmante, expresó, es la soledad que puede llevar al pesimismo de una pandemia que aún no se termina, pero que puede vencerse si se observa que a un año y medio de la pandemia, ya existe mucha gente vacunada.
“La ansiedad por sí sola no dice nada, pero cuando se ve en contexto de emociones es una respuesta inmediata de protegernos ante el miedo, ojalá que esas emociones se encaminen más a la alegría y euforia, por ejemplo que puede causar en los estudiantes el ver de nuevo a sus compañeros”, asentó.
Vigilancia
Por otro lado, Gutiérrez Cedeño detalló que en este retorno laboral y escolar será muy importante la vigilancia física y emocional de las personas, y en este último aspecto, los profesores deberán convertirse en héroes, así como los médicos, mediante la empatía que tengan con los alumnos.
“Se van a encontrar con jóvenes o niños que vengan con pérdidas de familiares o que acudan a la escuela en medio de una situación económica familiar difícil, es ahí, donde el personal docente deberá acompañar emocionalmente a los alumnos”, enfatizó.
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En este retorno, aclaró, a la mayoría de los alumnos no les va a importar la trigonometría sino más bien entender sus emociones, de tal suerte que los profesores tendrán que ser sensibles y ser acompañantes emocionales de sus estudiantes.
“En este escenario no importa el uniforme sino la sonrisa, no importa tanto la entrega de tarea, sino bienestar psicológico; creo que estamos ante una gran oportunidad para que el personal docente se cuelgue una medalla de oro en la lucha contra esta pandemia”, externó el coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEM.
Trastorno
Jared Salazar Alcántara, psicólogo del Hospital Regional 220 del IMSS zona poniente, destacó que ante este regreso paulatino a clases, se debe tomar en cuenta que se van a presentar en alumnos conductas emocionales como la ansiedad en distintos niveles.
“Esto sin duda es un cambio que se ha presentado de forma abrupta y ante ello le sigue un proceso de adaptación, en los que pueden presentarse cuadros de ansiedad que si no se supera se convierte en un trastorno”, declaró.
En este sentido, el especialista hizo un llamado al personal docente que para evitar llegar a este trastorno, deben ser empáticos con los menores sabiendo que el cambio de rutina llevará a un cuadro de adaptación.
“Los padres de familia también pueden hablar sobre cambios que se tienen que experimentar durante este retorno, y lo pueden hacer en un ambiente tranquilo con sus hijos e inclusive establecer un nuevo cambio de actividades con tiempos”, subrayó.
También, recalcó Salazar Alcántara, se debe fomentar la comunicación día a día e inclusive tocar el tema de ansiedad con niños y jóvenes, inclusive buscar técnicas para mejorar su estado emocional desde casa.
¿Qué hacer?
De acuerdo con información del Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CEVECE), se ha demostrado que las personas que experimentan ansiedad tienen una baja tolerancia a la incertidumbre.
Vale la pena recordar que la incertidumbre es una parte inevitable de la vida y cuanto antes nos sentimos más cómodos con ella, más pronto se puede reducir el sufrimiento mental, por ello, para reducir la ansiedad puedes realizar algunas actividades como trabajar en el desarrollo personal a través de un diario o meditar.