Leonor Vázquez tiene 39 años. Hace un año le diagnosticaron diabetes y desde entonces ha padecido por la falta de alguno de los medicamentos recetados por los doctores de la Unidad Médica Familiar del IMSS número 91 ubicada sobre la Avenida José López Portillo en el municipio de Coacalco.
Asegura que en los últimos seis meses el problema se agravó con la insulina que debe inyectarse diariamente y las tabletas Dapagliflozina cuyo costo puede alcanzar hasta 800 pesos en farmacias comerciales.
Dijo que el desabasto se hace presente en cada cita y aunque le daban un vale para obtener la medicina en otra unidad, era complicado, pues se le da prioridad a los pacientes de las clínicas que visitaba.
“Quedaban de hablarme de la farmacia cuando hubiera; sin embargo, llegaba la siguiente cita y no me hablaban nunca. El tener que ir a la farmacia a estar preguntando es un gasto de 150 pesos de taxi porque además soy invidente”.
"Se supone que uno puede llamar a la farmacia para preguntar, pero también llamo continuamente y no responden, así podría ahorrarme lo del taxi para no estar yendo y viniendo”, dijo.
En su última cita recibió la insulina que necesita para 30 días, pero tiene miedo de que en la siguiente ocasión haya escaseado.
Ante esto, tendrá que medir y cuidar lo que come para que no le suba la glucosa, pues no puede solventar el gasto de mil 200 pesos que cuesta el frasco.
De acuerdo con el último informe de la organización Cero Desabasto en el primer cuatrimestre de este año la diabetes se ubicó en la primera posición de reportes por desabasto de medicamentos en clínicas del IMSS.
Al igual que Leonor, hay infinidad de pacientes que desde hace meses enfrentan la escasez de insulina y otros medicamentos para la diabetes, sin que las delegaciones del IMSS zona Oriente y Norte del Estado de México enfrentan la escasez de medicinas.
Pacientes con cáncer y enfermedades reumatológicas también padecen de falta de medicamentos desde hace meses en las clínicas familiares del IMSS.