El doctor Fernando Pérez Galaz y la Psicóloga Erika Backhoff Allard, especialistas en temas de obesidad y salud mental explicaron el impacto en las emociones de quienes viven con esta condición.
En México dos terceras partes de la población viven con sobrepeso y obesidad, una gran parte de esta población es objeto del estigma y la discriminación que consisten en devaluar a la persona por su cuerpo.
De acuerdo la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018), en México del total de adultos de 20 años y más, 39.1% tienen sobrepeso y 36.1% obesidad (75.2%), mientras que en el caso de los niños de 0 a 4 años 22.2% tiene riesgo de sobrepeso y los de 5 y 11 años 35.6% muestran esta condición.
México ocupa el quinto lugar de obesidad en el mundo con 21 millones de mujeres que padecen obesidad, con un 41% de prevalencia, y 15 millones de hombres con una prevalencia del 31% se estima que la cifra aumente en 35 millones de adultos para la siguiente década, advirtió la Federación Mundial de Obesidad. El país se encuentra entre los primeros lugares de obesidad infantil en el mundo con el 8 % de los varones y 29 % de las niñas en el país.
Datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, indican que con 51 mil 244 casos, el Estado de México se mantiene como la primer entidad en el país con más casos de obesidad, seguido por Ciudad de México (CDMX) con más de 45 mil casos y Jalisco con más de 42 mil, según cifras de la Secretaría de Salud Federal. En el panorama nacional, los registros por obesidad acumulados a la semana epidemiológica 51, correspondiente al 25 de diciembre de 2021, sumaron 482 mil 636 de los cuales, 10.6% pertenecen al Estado de México.
El cirujano gastro bariatra y cofundador de la organización civil Obesidades, Fernando Pérez explicó que la obesidad es una enfermedad crónica, compleja, multicausal y progresiva.
Mencionó que es el resultado de la interacción de factores conductuales, medioambientales, genéticos y metabólicos, caracterizado por un exceso anormal de grasa corporal que afecta negativamente a la salud física y mental.
Destacó que la obesidad se va construyendo a lo largo de la vida, desde el seno materno hasta la vejez y es causa de múltiples comorbilidades que contribuyen a un gran porcentaje de mortalidad, discapacidad y muerte prematura en la población.
“Las personas con peso normal tienen casi el 80% de probabilidad de llegar a los 70 años; para quienes tienen sobrepeso la probabilidad de llegar a los 70 años se reduce al 60% y para quienes viven con obesidad esta probabilidad es de sólo el 50%”, advirtió el especialista en cirugía bariátrica.
La psicóloga Erika Backhoff, educadora en diabetes con máster en terapias conductuales y contextuales, cuestionó si la obesidad es responsabilidad de la persona y qué tanto influye su contexto.
Explicó que se debe tomar en cuenta que el 23% de la población vive en pobreza alimentaria, sólo el 56% de los hogares puede consumir diariamente frutas y verduras y sólo el 22.4% de los hogares tiene acceso a agua potable.
“Lo que se une a largas jornadas de trabajo y traslados, así como a pocas horas de sueño. Entonces, los factores medioambientales influyen decisivamente en la obesidad”, dijo.
La especialista señaló que las personas que son objeto de estigmatización también lo son de discriminación, que es el trato adverso que se da a esa persona por el mismo motivo.
“Quienes viven con obesidad se enfrentan a estigmas sociales que se perciben en los medios de comunicación y en la sociedad, y consisten en devaluar a la persona por su cuerpo. También son objeto de autoestigmas ya que terminan por creer que son alguien ‘sin valía’ y ‘no suficientes’, como lo dice la sociedad”, refirió.
Backhoff Allard, mencionó que también existen los llamados estigmas estructurales, que son el conjunto de normas, políticas y prácticas de las instituciones que restringen los derechos y las oportunidades de las personas estigmatizadas.
“Hay menos oportunidades para las personas con obesidad”, subrayó la especialista.
Finalmente, señaló que quienes viven con obesidad están expuestos a discriminación en diferentes ámbitos.
“En el ámbito estudiantil hay menor aceptación hacia los estudiantes con obesidad; en el ámbito laboral, algunos empleadores no contratan personas con obesidad bajo ninguna condición, y otros sólo los contratan bajo circunstancias especiales. Prácticamente en todos los aspectos de la vida se recuerda a las personas con obesidad que se hallan en una sociedad que odia la gordura. Evidentemente, esta estigmatización debe traer consecuencias graves en la conducta, personalidad, habilidades sociales, habilidades cognitivas y sexualidad”, concluyó.