Estudiantes anhelan el regreso a las aulas

La medida “Quédate en casa” ocasionó que gran parte de las actividades se lleven a cabo a distancia a través del uso de la tecnología.

Rodrigo Miranda | El Sol de Toluca

  · sábado 13 de marzo de 2021

Foto: Moisés Pablo | Cuartoscuro


A un año de la pandemia por Covid-19 y la implementación de clases en línea hay una adaptación a las clases virtuales; sin embargo, alumnos, profesores y especialistas consultados reconocieron que la enseñanza debe darse de forma presencial, pues de ello depende mantener una buena salud emocional.

La medida “Quédate en casa” ocasionó que gran parte de las actividades se lleven a cabo a distancia a través del uso de la tecnología.

Para la psicóloga Elizabeth García de Anda, las educación a través de clases a distancia modificó el proceso de aprendizaje. Sin embargo, el esquema adoptado por el sistema educativo tiene efectos que benefician la salud en jóvenes como: resiliencia, concentración, creatividad, planificación.

Pero también, añadió, a un año de practicarse la modalidad ha traído consigo efectos psicológicos adversos, como síntomas de estrés postraumático, soledad, confusión y enfado.

“Estos resultados adversos se relacionan con la duración de la cuarentena (que se va prolongando), el miedo a infectarse, muerte de personas cercanas, la frustración, el aburrimiento, la percepción de recursos insuficientes y la información deficiente o inadecuada sobre la pandemia”, refirió la especialista.

De tal suerte que a largo plazo, los jóvenes pueden mostrar ansiedad y depresión, si se conjugan otros factores derivados de la contingencia sanitaria como problemas familiares que involucran aquellos de índole económico por la pérdida de empleos, cierre de negocios, entre otros.

Estos también involucran la estigmatización de las personas que han sufrido la enfermedad o han estado directamente expuestas a ella, por el contagio de algún familiar directo.

La psicóloga destacó que durante las primeras semanas de clases virtuales fue complicado y estresante el uso de plataformas, pues no todos los estudiantes contaban con herramientas tecnológicas -incluso todavía hay quien carece de una computadora, tablet, dispositivo-, acceso a internet, así como un espacio adecuado para recibirlas.

Mayor adaptabilidad

A casi un año de la implementación de la Jornada de Sana Distancia, García de Anda consideró que en la actualidad tanto el área docente como el alumnado ya se encuentran con mayor adaptabilidad e interactúan con mayor facilidad, a pesar del desconocimiento previo.

“Estas nuevas herramientas digitales, unidas a las ya existentes, están abriéndose camino como recursos complementarios y renovando métodos de enseñanza y aprendizaje”, aseguró.

No obstante, consideró que desde el punto de vista psicológico, la educación requiere de un encuentro presencial, pues eso permite una estabilidad emocional en el joven.

Ausencia en las clases

Al respecto, la profesora Rita Loredo afirmó que la constante ausencia de los estudiantes a sus clases virtuales ha sido uno de los problemas de este tipo de educación.

“Nada se va a comparar con las aulas, sus compañeros y hasta nosotros. Te confieso algo, yo extraño a mis alumnos”, mencionó la profesora de secundaria en Tlachaloya.

Consideró que si en algún momento las autoridades educativas deciden que esta modalidad educativa prevalezca, no va a funcionar porque no sólo los estudiantes, sino los mismos maestros requieren ir a la escuela.

“No creo que su rendimiento académico mejore con esta educación a distancia, como un botón de emergencia ante la pandemia sí funcionó, pero los alumnos no podrán seguir así”, finalizó la maestra.

No resuelven dudas

Ricardo González, alumno de preparatoria en el Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, reconoció que al principio esta modalidad educativa fue de su agrado, ya que no tenía que levantarse tan temprano para ir a la escuela.

Aquí con la escuela en casa, el desayuno y la comida la hago a mis horas, además de que no tengo que manejar rumbo al colegio y soportar el tráfico vehicular.

Pese a ello, prefiere las clases presenciales, sobre todo porque al interactuar de forma virtual no resuelve sus dudas. Señala que todos quieren preguntar a la vez. A eso hay que agregar que suele fallar el internet.

“Si tengo una duda personal, el catedrático no tiene el tiempo suficiente para explicarme, pero más que eso, la verdad es que si me estresa el encierro, quiero ver a mis amigos y jugar en mis horas libres”, agregó.

Tecnología y dispositivos

Luis Fernando Atala Valdés, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), explicó que la tecnología, las pantallas de dispositivos móviles y las computadoras dejaron de ser artículos de segunda necesidad y se ubicaron como herramientas indispensables para comunicarse entre los seres humanos.

Destacó que la educación modificó drásticamente sus formas y afectó la vida de todos y en todos los sectores de la educación básica, media superior y superior según la Ley General de Educación.

En las aulas de la UAEM, su último día de actividades presencial fue el 18 de Marzo del año pasado. Reconoce que la modalidad a distancia llegó de improviso para los docentes universitarios de 50 años o más.

Hoy día, aseveró, la forma de enseñar en línea lo ha transformado. Para el profesor, el sistema es una muy buena opción, pues se pueden conectar desde cualquier dispositivo móvil y en cualquier lugar. Para los maestros de cierta edad es complicado, reconoce.

Pese a ello, aceptó que este cambio se ha asumido como un reto, pero también enfatizó que nada puede sustituir la relación directa entre los seres humanos.

El académico resaltó que la eficiencia terminal no es la misma, Contó que con regularidad, los alumnos, en su habilidad con el uso de las tecnología, se conectan a la plataforma y dejan su foto, tras abandonar físicamente la sesión.

“Esto sin duda puede afectar al rendimiento académico, ya que la disciplina de los grupos puede relajarse", estableció.

Se volvieron autodidactas

Por su parte, la estudiante de Derecho Angélica García Cuevas confesó que uno de los mayores retos que ha superado con las clases a distancia es que se volvió autodidacta. Demostró que sí se puede cuando hay ganas de estudiar.

“Debemos ser realistas sobre la capacidad de adaptarse a esta nueva normalidad de educación y destacar la apertura que muchos de nosotros hemos tenido". Lo cierto es que ningún aprendizaje se compara con el aula.

Mildred Ayala Medina, especialista en Equidad de Género, opinó que los cambios radicales provocan trastornos de ansiedad y depresión.

Consideró necesario que los docentes generen empatía con los alumnos y donde no involucren tensiones familiares, problemas económicos o de pérdida de familiares y amigos.

“La empatía debe ser un instrumento para elevar el rendimiento académico, no obstante, la salud mental debe ser tratada como una de las prioridades de la vida y del desarrollo de todo ser humano en tiempos tan difíciles", concluyó.