La colilla de cigarro debe ser considerada un producto de alto riesgo en caso de no ser confinada adecuadamente ya que afecta el suelo y el agua, así lo advirtió la presidenta y cofundadora de Fundación Xihmai, Diana Bobadilla Martínez.
Aunado a esto, consideró que al abandonar el filtro en diversos espacios abiertos, tanto públicos como privados, resulta fundamental instalar contenedores exclusivos para lograr una disposición adecuada.
“Al año en México se estima un consumo de más de 250 mil millones de cajetillas que genera esa cantidad de colillas y lo malo es que solamente un pequeño porcentaje se concentra y lo demás no es dispuesto”.
Apuntó que cada colilla de cigarro tirada en el suelo puede contaminar aproximadamente 50 litros de agua debido a que sus sustancias son esparcidas por el aire las cuales pueden desembocar en ríos, riachuelos y demás cuerpos de agua.
Asimismo, agregó que se calcula que ese material representa el 85%, de los desechos en un espacio urbano.
Las aguas subterráneas son las primeras afectadas por esa acción así como el suelo.
Con base en esto, puntualizó que es importante que en el país se instituya una política pública para implementar más contenedores de colillas de cigarro.
“Lo ideal es dejar de consumirlo pero si no se puede hacer sería importante en los establecimientos en donde se permite fumar tabaco se tenga un espacio de recolección para darle un buen tratamiento”.
A manera de propuesta, la activista destacó que sería importante que se coloquen más contenedores en comercios, escuelas, oficinas, restaurantes y otros sitios para confinarlos debido a que los existentes en la entidad y en el valle de Toluca son insuficientes.
Como resultado de esto, puntualizó que los filtros del cigarrillo tienen un carácter de reciclaje los cuales pueden utilizarse para la elaboración de macetas y otros de tipo ornamental.
En la ciudad, algunas unidades económicas han dispuesto de contenedores así como en Facultades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).