El cempasúchil, flor utilizada desde la época prehispánica en las ofrendas, es uno de los elementos centrales del tradicional Día de Muertos en el Estado de México. Lo que pocos saben es que además de tener un uso decorativo y ritual, esta planta es comestible y aporta un sabor dulce con toques amargos.
Se aproxima la celebración de Día de Muertos y los consumidores comienzan a adquirir la flor para colocar en ofrendas, altares y tumbas.
Los productores mexiquenses se preparan durante todo el año para abastecer el mercado con estas flores ancestrales en esta época del año y convierten a la flor de cempasúchil en un objeto de estudio para investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo.
- Conservan la tradición de sembrar la flor de cempasúchil en pueblos originarios de Tecámac y Texcoco
Expertos en la materia se reunieron en este centro universitario ubicado en el municipio de Texcoco para analizar el potencial alimenticio y los múltiples usos de la flor de cempasúchil y le han otorgado un lugar especial en la investigación y la floricultura nacional mexicana.
Asimismo, se llevó a cabo la venta del recetario de plantas y flores comestibles con el objetivo de promover el cultivo del cempasúchil como hortaliza para la diversificación productiva del campo mexicano.
La flor de cempasúchil ¿cómo incluirla en los platillos?
Además de adornar las tumbas y los altares, estas flores también son comestibles. Se pueden añadir a la masa del pan, en sopas o cremas y hasta en postres como el caso de los jarabes o helados.
Se recomienda retirar los estambres, tallos, pistilos, así como la base blanca de los pétalos pues aporta un sabor amargo.
Aunque en platillos salados adquieren un sabor amargo, al usarse en postres, destaca más su aroma que su sabor y las flores son posible utilizarlas dándoles un baño de bicarbonato durante un par de minutos, con la finalidad de neutralizarlas, sin embargo, esto no asegura que queden limpias de cualquier otro residuo, por lo que se recomienda usar flores orgánicas.