Propietarios de restaurantes lamentaron que los delincuentes estén trabajando “desde casa”, y con ello las extorsiones se hayan convertido en “el pan de cada día”, aprovechando que algunos negocios del ramo están utilizando el esquema de venta a domicilio.
Derivado de ello, Patricio González Suárez, presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes del Estado de México (ASBAR), adelantó que en el transcurso de esta semana llevarán a cabo una reunión de manera virtual con autoridades de la Fiscalía General de Justicia (FGJEM), con el propósito de que los empresarios puedan implementar acciones especiales que les ayuden a prevenir y disminuir dicho flagelo.
También se ha hablado mucho de que secuestran a los repartidores, pero no tenemos hasta el momento ningún caso comprobado que nos haya reportado oficialmente.
Lamentó que este tipo de ilícitos no sea característico de la actual emergencia sanitaria por coronavirus, sino de tiempo atrás.
“Siempre hemos estado propensos a este tipo de ilícitos porque, lamentablemente, las extorsiones son muy fáciles. Podemos caer en la trampa, sino sabemos cómo actuar”, aseveró.
Buscarán ayuda
Ante ello, apuntó que buscarán que las autoridades correspondientes les indiquen cómo implementar acciones que eviten que puedan caer en la “trampa de algún extorsionador”.
“A lo mejor ahora que no hay mucha gente, los delincuentes trabajan desde su casa, porque la extorsión representa un mecanismo fácil para que ellos puedan obtener dinero ilícito”, dijo González Suárez.
Indicó que los empresarios se encuentran expuestos a este tipo de casos, porque la mayoría cuenta con página de Facebook o alguna red social para publicitarse.
“Vamos a recibir la capacitación para evitar estas extorsiones en la medida de la posible, y ojalá que la gente pueda seguir comprando hasta que podamos regresar a la nueva normalidad”, expresó.
Sostuvo que, aunque el 10 de mayo fue un respiro para muchos de sus negocios, las ventas después de esa fecha bajaron de manera considerable, lo cual hasta cierto punto es entendible porque mucha gente ya se quedó sin recursos económicos.