Desde septiembre de 2018, Susana busca a Betzayde Belén González Segura, quien desapareció tras ir a la papelería; sin embargo, además de la falta de respuestas, también lucha contra la falta de recursos ya que, aunque es beneficiaria del programa Valentina, desde diciembre no ha recibido apoyo por la veda electoral.
Cabe señalar que, aunque a los beneficiarios de otros otros programas sociales se les adelantó el recurso de tres meses a los familiares que están al cuidado de los hijos de víctimas de feminicidio y desaparición forzada, simplemente se les suspendió la entrega sin que se les haya proporcionado una nueva fecha para recibirlo.
El programa Valentina, operado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, consiste en la entrega de 2 mil pesos mensuales para la realización de actividades complementarias, como culturales, recreativas, artísticas, deportivas o alguna otra que permita garantizar una vida digna, social y saludable de los hijos e hijas de víctimas.
El caso de Betzayde
El 17 de septiembre de 2018, Betzayde Belén salió a la papelería para sacar unas copias en la unidad habitacional Carlos Hank González, pues al día siguiente tenía una entrevista de trabajo, pero no volvió a casa.
Susana Segura, madre de Betzayde, además de encabezar los esfuerzos para encontrar a la joven, quedó a cargo de sus tres nietos.
“Fue a sacar copias y ya no regresó. ella tiene tres hijos que están conmigo, yo los cuido. El más grande tiene 13 años, al niña 12 y el pequeño tiene 9. Ha sido muy difícil, desafortunadamente, económicamente es donde nos ha golpeado más la situación”, comentó.
Debido a que Susana se convirtió en madre buscadora, tener un trabajo formal dejó de estar en su lista de opciones por lo que depende del dinero que sus otros dos hijos pueden darle y de los recursos de los programas que dan atención a los menores.
“Las posibilidades de tener algo siempre en la cas, son nulas, vivimos con carencias, pero hemos salido adelante, seguimos luchando y nos mantenemos de pie. Mis hijos me apoyan, me ayudan con mis nietos”.
Aunque los recursos no sobran, la madre buscadora se ha sumado a las actividades del colectivo Flores en el corazón, que a acompañamiento a familias de víctimas de feminicidio y desaparición.
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Como puede, va a las búsquedas a los sitios donde se vio por última vez a algún desaparecido, a los Servicios Médicos Forenses, incluso de otros estados, así como a las mesas de trabajo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre Betzayde, quien tenía 27 años cuando desapareció.
Por ello, lamentó que desde enero no han tenido el apoyo de los programas para familias de víctimas, aunque -dijo- eso no detiene sus esfuerzos para contactar a la madre de sus nietos.
“Si ella ve esto, que sepa que la estamos esperando, sus hijos la esperan, todos la queremos mucho, nadie ha parado de buscarla y ella sabe que podría contar con nosotros en la situación que fuera”, finalizó.