El síndrome de fatiga ocular es una consecuencia del uso prolongado de pantallas e incluye alteraciones visuales, oculares y músculo-esqueléticas que requieren una atención especial en el próximo inicio de clases que será a la distancia.
Así lo señaló la doctora Vanny Orostrieta Olvera, Oftalmóloga adscrita al Centro Médico ISSEMyM Toluca, quien consideró que para evitar que los niños sufran este síntoma deben tomarse en cuenta las horas que los niños estarán frente a las pantallas y el ambiente en el que van a recibir clases.
Además se deben tomar ciertas previsiones cuando se presentan dolores de cabeza, ardor ocular o mal enfoque de las letras cuando la visión es muy cercana, por lo que se debe aprender a administrar las horas que se estará frente a la pantalla.
Explicó que, después de las horas de clase, los padres deben asegurarse que no pasen más tiempo en redes sociales o en juegos de video en contacto con monitores, ya sea de computadoras, iPad, tabletas, celulares o televisores.
Lo ideal, dijo la doctora Orostrieta Olvera, es destinarles un espacio de estudio con una luz diferente y que no le dé directamente en los ojos ni haya corrientes de aire, porque al estar mucho tiempo frente al monitor disminuye el parpadeo y se provoca sequedad ocular, enrojecimiento de ojos o lagrimeo.
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Recomendó cuidar la distancia de entre 50 y 60 centímetros ente el monitor y la persona; además, disminuir el brillo de las pantallas o invertir el fondo de pantalla a negro, por ejemplo, y asegurarse de que trabajen con un tamaño grande de letra.
En cuanto a las personas, indicó la necesidad de hacerse un examen visual, sin importar la edad que se tenga, porque en la infancia muchos niños requieren lentes pero se dan cuenta hasta que son adolescentes y con ello se pierde un tiempo valioso para la recuperación visual.
Reconoció que en los hospitales públicos y de seguridad social es difícil conseguir cita con los especialistas, lo cual se ha complicado por la pandemia de Covid-19, por lo que si no se tiene acceso a un oftalmólogo se puede recurrir a un optometrista.
Entre las personas que usan lentes para corregir problemas de refractivos, como la miopía, presbicia, astigmatismo, entre otros, y deben estar mucho tiempo frente al monitor van a ver afectado su proceso de aprendizaje, por lo que también será recomendable una valoración con especialista, así como el uso de lentes, ya sea de graduación o con algún antirreflejante como los que tienen protección ultravioleta o contra la luz azul que emiten los monitores y más fatiga al ojo.
La especialista aceptó que el impacto provocado por los monitores es muy grande, pero si bien al usar todas las recomendaciones no se va a eliminar si se reducirán sus efectos.
Precisó que si bien no se conoce cuál será el esquema que apliquen las autoridades educativas, la experiencia de los meses pasados prevé que serán hasta seis horas frente al monitor, por lo que sugirió para descansar los ojos utilizar el método 20-20-20; es decir, que cada 20 minutos, durante 20 segundos mirar a 20 pies de distancia, aproximadamente seis metros.
Puntualizó que esta práctica permite relajar el músculo que se localiza dentro del ojo y evita que se contracture, como sucede con cualquier otro músculo del cuerpo cuando se ejercita en exceso.
Esta afectación al músculo del ojo no se manifiesta con calambres como en otras partes del cuerpo, sino con dolores de cabeza, sueño o mala visión y detalló que en casos extremos las personas llegan a perder su visión lejana por lapsos de hasta un día, por lo que insistió en el método 20-20-20 para evitarlo.