San Bartolo Morelos, Méx.- Con una misa de acción de gracias, decenas de camoteros celebraron la primera “Feria del Camote” a la puerta del templo principal de San Lorenzo Malacota, recinto religioso que fue adornado por los tradicionales carritos elaborados por sus propias manos y al ritmo del famoso chillido que distingue a quienes se dedican al segundo oficio más antiguo del mundo, repartieron camotes y plátanos, bañados de leche y canela.
Luego de varios días de fiesta que incluyó tapizar el templo con flores y adornado con pequeños “carritos” elaborados a escala, hoy “camoteros” de esta comunidad realizaron su primera feria oficial del camote, toda vez que desde hace 15 años, ya comenzaron a darle gracias a su santo la posibilidad de seguir silbando por las calles.
El sacerdote del lugar, explicó que el festejo consiste específicamente en agradecer al santo San Lorenzo, el que su actividad se siga conservando, “es como darle gracias y aprovechan para vestir al santo de diferente color incluyendo un traje otomí”, añadió.
Sobre la historia del oficio del que vive más de la mitad de la población, artesanos y comerciantes camoteros de la región, explicaron que aunque el oficio data de muchos años atrás, en los años 40 fue cuando cobró auge en la comunidad de San Lorenzo Malacota y a partir de ahí se pasó de generación en generación, hasta la fecha.
Don Emiliano Flores y Roberto Constancio, precursores de este oficio, narraron que en esos años fueron invitados a dedicarse a la venta de camotes en la Ciudad de México, “todos comenzamos rentando un carrito, pero como no era tan rentable opté por construir uno y de esta manera independizarme”, comentó Roberto Constancio.
Al respecto Linares Flores y Salomón Flores, quienes siguieron el oficio enseñado por su padre, indicaron que cada 13 de agosto realizan esta fiesta, “este día todos los que nos dedicamos a este oficio no salimos a trabajar y además de adornar nuestros carritos, vamos a la iglesia agradecemos al santo y de paso regalamos camotes y plátanos”, añadió Salomón Flores.
Refirió que gracias a la venta de camotes ha sacado adelante a sus hijos, “a todos mis hijos les he dado carrera y por eso defendemos nuestro oficio, somos camoteros de profesión”, enfatizó Salomón, quien refiere que en la Ciudad de México es donde ofertan estos suculentos alimentos.
Cabe señalar, indicaron, no cualquiera puede manejar un carrito de camotes ya que requiere de mucha práctica y maña, más aún la elaboración del camote, pues cada artesano tiene su receta secreta, “yo creo que el sabor es el mismo, pues tanto los camotes como los plátanos se cuecen al vapor, pero bueno... ya depende de cada artesano qué le agregue”, añadió.
En tanto Andrés y Antonio Constancio, herederos de la tradición de parte de su padre Roberto Constancio, señalaron que ser camotero es un gran orgullo, sobre todo porque su oficio implica no sólo el salir a las calles a vender, sino que también comprende la elaboración de los tradicionales carritos que con el silbido ofrecen camotes y plátanos bañados con lechera y canela.
“Lo que sí quiero enfatizar es que nosotros somos artesanos y comerciantes camoteros, pues nosotros nos dedicamos también a fabricar los carritos, desde pequeños hasta grandes. Lo único que compramos es la materia prima, es decir, los camotes y los plátanos”, mencionó Antonio Constancio.
Sobre el apoyo recibido por parte de autoridades gubernamentales, destacaron que prácticamente ellos han salido adelante solos, “lo único que si nos pega es que en ocasiones por no contar con los permisos respectivos, nos levanta con todo y carritos, pero bueno, allá en la Ciudad de México sí nos respetan”, finalizó Salomón Flores.
Cabe señalar que después de la misa de acción de gracias, los camoteros salieron con sus carritos y realizaron un desfile por las calles de la comunidad y regalaron camotes y plátanos a todos los asistentes.
Para tomar en cuenta:
El 60 por ciento de la población se dedica a la venta de camote.
Un carrito de camotes tiene un tiempo de vida de 6 años; aunque cada tres hay que darle mantenimiento.
En los años 40 cobró auge el oficio.
La cocción de camotes y plátanos dura más de una hora al vapor de la leña.
Lechera y canela, los ingredientes tradicionales.
