La creación de la nueva Arquidiócesis de Toluca es un regalo, pero también un gran reto, aseguró el todavía obispo de Toluca Francisco Javier Chavolla Ramos, quien adelantó que una de las grandes tareas venideras será la formación de familias con valores para ayudar a enfrentar el fenómeno de la inseguridad.
“Es un gran regalo que Dios nos hace a través del Santo Padre y se reconoce la necesidad que tiene esta región de tener que ir agrupándose en una forma especial para formar una provincia ya que antes pertenecíamos a la CDMX que tiene su problemática”, subrayó.
Aseguró que dicho cambio comprende una gran responsabilidad ya que se tiene que realizar un trabajo de conjunto entre las cuatros diócesis que forman esta provincia bajo el objetivo de servir mejor a la feligresía a partir del 18 de noviembre cuando Toluca se constituirá como la nueva provincia eclesiástica misma que contará con la presencia del Nuncio Apostólico, monseñor Franco Coppola.
Destacó que los representantes de las cuatro diócesis que conforman la nueva Arquidiócesis de Toluca buscarán reunirse para plantear la forma de trabajo y formar equipos, toda vez que será necesaria una reorganización.
“El trabajo como arzobispo será primeramente buscar la comunión y unidad entre las diferentes iglesias que forman la provincia”, estableció monseñor Francisco Javier Chavolla Ramos.
Un tema que seguramente va a preocupar a esta nueva Arquidiócesis de Toluca es la ola de inseguridad que vive todo el país y no sólo la diócesis de Cuernavaca que formará parte de esta provincia y por lo mismo será un gran reto pastoral.
En este sentido, consideró que van a colaborar con el gobierno y la misma sociedad, pues la seguridad es una responsabilidad de todos y no sólo del gobierno municipal, estatal o federal.
Diáconos
La palabra diácono, según su etimología, proviene del griego “diakonos”, que a su vez se deriva del latín “diacunus” cuyo significado es “servidor”.
En la iglesia católica el diácono esta autorizado para proclamar el evangelio, asistir y predicar en la iglesia, presidir la celebración del sacramento del matrimonio y del bautismo; sin embargo no puede administrar el sacramento de la unción de los enfermos ni el de la reconciliación.
Un diácono puede tener a su cargo la administración de una parroquia, presidir las misas dominicales, aunque no puede consagrar la eucaristía, ya que eso le corresponde a los sacerdotes.
En la misa de ordenación de cuatro diáconos a la que asistieron el obispo auxiliar de Toluca, Maximino Martínez Miranda, el vicario general de la diócesis local, Guillermo Fernández Orozco, así como los sacerdotes, el obispo de Toluca pidió a los nuevos diáconos no buscar un estatus, sino más bien servir a los pobres, a los que hacen un lado.
Esta tarea, mencionó en la homilía, no deben llevarla a cabo por política o acción social, es más ni por filantropía, ya que está última nace de los sentimientos.
“Ustedes están llamados a ir más allá de la filantropía, pues su tarea debe nacer de la caridad y el amor de Dios, es porque quieren amar a Dios y sirven a su hermano. Vayan aprendiendo desde el ser no del quehacer”, finalizó.