Ocuilan, México.- El camino que lleva a Ocuilan deja ver a lo lejos las ruinas olvidadas de la parroquia de Santiago Apóstol, a unos 500 metros a la distancia, la torre y su fachada colapsada durante el sismo da la bienvenida.
El día del terremoto a los pobladores de Ocuilan se les vino abajo no sólo el techo, también la moral al ver sus recintos en escombros. Su santo patrono Santiago Apóstol, se quedó sin iglesia y ellos sin su refugio de fe.
Casi a seis meses, aún deben improvisar para mantener sus tradiciones y su religión viva.
"¡Dónde se pueda se celebran las misas, porque es lo único que nos da fuerza!", explica María Flores, vecina del centro de la cabecera.
La estampa de lo que derribó el sismo es la misma. Los montículos de piedra, argamasa y maderos de la antigua iglesia que data del siglo XVI se divisan a más de medio kilómetro de distancia.
También una estatuilla que luce en la cúspide de la parroquia y curiosamente sobrevivió los embates telúricos.
Los rostros de los feligreses de Ocuilan aún miran con zozobra. No hay esperanza de reconstrucción y desconocen si sus iglesias destruidas están en la lista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Aún no pueden voltear a ver su iglesia sin soltar un suspiro de desesperanza.
“Ya se vienen las fiestas y la Semanas Santa y no hay donde hacer misas”, reprocha la feligrés.
Junto con la parroquia de Santiago Apóstol, se vino abajo la iglesia de Santa María el recinto de la virgen de la Asunción, que días previos al sismo se había reparado su retablo cubierto en capas de oro.
Ahora se resguardan las cubetas de los pedazos en domicilios particulares hasta saber si habrá reconstrucción.
El único que se salvó del desastre es el Señor del Calvario y su capilla, que se establece al otro extremo de la iglesia de Santiago Apóstol. La imagen será festejada en las siguientes semanas y los habitantes de Ocuilan ya se preparan pese a estar a mitad de la reconstrucción.
“Para la siguiente semana toda la calle que sube al calvario se llena de puesto, toca la banda, hay castillos y misas”, enlista Eugenia Suárez, otra de las católicas de Ocuilan.
Los creyentes en el Cristo aparecido en 1537 atribuyen su salvamento durante el sismo a lo milagroso de la imagen.
“Ahora ahí se hacen algunas misas, es la única iglesia que está abierta”, reiteran los habitantes.
La estatua de Santiago Apóstol actualmente es migrante, anda de casa en casa, refugiado con los mayordomos hasta que le encuentren un nuevo santuario.
Por lo pronto los fieles lo visitan en la plaza, donde a veces se le instala un carpa improvisada, se le canta y reza. Así será también en julio, fecha en que lo celebran.
Ocuilan se ubica en la ruta de los santuarios, y su fe parece estar en riesgo con la destrucción, por lo pronto así se vislumbra este año.