“¡Aguas con las carteras! Todos en filas”, el tianguis de Palmillas es infierno. Tumultos de personas que comenzaron a arribaron este viernes desde las 6:00 horas para hacer las compras de fin de año. El colapso total y “el agosto” para los “viene viene”, los ruleteros del transporte, e incluso los taquitos de canasta donde todo es a diez. El megatianguis mostró su imagen más caótica.
“¡Dejen bajar! No se empujen, todos queremos comprar”, se repiten las voces en las hileras de las que solo se divisan cientos de cabezas.
Otros optaron por torear los carriles de alta velocidad de la carretera Toluca-Atlacomulco, brincando las vallas de seguridad y los camellones centrales cargados con sus bultos de compras.
La vía se hizo de paso lento todo el día.
“Hay que aprovechar pero si está muy feo no se puede subir ya al puente”, comentó uno de visitantes al tianguis.
Pese a la gran cantidad de personas, los servicios de emergencia fueron nulos, solo se hicieron presentes los de tránsito y la policía municipal.
“¡Una ambulancia!” Solicitaban en auxilio en el camellón improvisado como paso. Una jovencita embarazada desmayó en el lugar.
Los compradores arribaron en vehículos que invadieron incluso los carriles de baja velocidad, los estacionamientos improvisados donde a ratos se ponían trafitambos para indicar que no hay cupo.
Los policías de tránsito no dieron abasto. Pero incluso ellos hicieron “su agosto” con una que otra infracción a un despistado.
El tianguis no tiene ley. Tampoco cupo.
La mayoría de la masa compradora llegó en camión, y fue todo un aguinaldo para los del volante, porque ni ellos se dieron abasto.
“¡Tlachaloya! ¡Geo!”, gritaban en su chamba los cacharpos. Incluso en los carriles centrales hicieron parada los camiones.
El cálculo semanal en el tianguis es de entre 20 mil a 25 mil personas, sin embargo este viernes se rebasaron las cifras.
La rutina se repitió durante todo el día con los compradores para la cena de Nochebuena.