Toluca, México.- Ataviadas con los maquillajes de costumbre, femeninas tal como se asimilan, y ahora con el respaldo de la ley electoral, Tania y otro grupo de mujeres transexuales con domicilio en el Estado de México, acudieron a las urnas a emitir su voto. Esta vez fue distinto, no hubo “peros”, ni actos de discriminación.
“Gracias al INE porque ahora podemos emitir nuestro voto sin discriminación”, agradece en sus palabras Tania de la Vega, una activista mexiquense que desde hace años lucha por los derechos de las mujeres transexuales.
En la casilla 5021 de la colonia Sánchez Colín del municipio de Toluca, el grupo de siete chicas trans arribó la tarde de este domingo para emitir su sufragio, por fortuna fue una de las casillas a las que no les hizo falta boletas.
El temor quizás, era que a quienes no han hecho el cambio de identidad, les negaran el derecho al voto.
“Yo hice mi cambio de identidad el año pasado pero fue un trámite lento”, revela Anika Victoria Vignoly, quien votó por primera vez con su identidad de mujer.
Anika fue de las mujeres transgénero que se vio beneficiada con el protocolo especial que emitió el Instituto Nacional Electoral (INE) a favor de la comunidad LGBTTTI a nivel nacional y que contempló aplicar capacitación especial a los funcionarios de casilla para evitar actos de discriminación.
“Es la primera vez que voté con mi identidad de mujer, en otras elecciones no había podido ejercer mi derecho, aunque a mi ya no hubo necesidad de aplicarme el protocolo especial”, explicó Anika.
Su opinión sobre los cambios en la ley, asegura, benefician en mucho a la comunidad trans, porque ella y las otras chicas que acudieron este domingo a las urnas, debieron acudir a la Ciudad de México y tener una residencia de dos meses obligados para poder obtener su nueva acta de nacimiento.
En el Estado de México, la ley sexogénerica se mantiene en la congeladora, aclara Tania y su grupo de amigas.
“Yo aún no puedo acceder a seguro social y otros derechos, pero venimos a votar porque es nuestro derecho y obligación”, agrega Anika.
Entre el grupo también se encuentra Romina Hernández, también el año pasado logró su cambio de identidad.
Proveniente de Veracruz, aseguró que ese proceso le demoró casi tres años. Un viacrucis burocrático que pocas chicas trans intentan, ya sea por la falta de recursos, o porque prefieren no comenzar un trámite que se mira a leguas complicado.
“Tienes que ir a la Ciudad de México, pero esperemos que pronto en el Estado de México se pueda y que las chicas de provincia no tenga que viajar a la Ciudad de México”, comenta la joven.
En procesos electorales pasados, Romina revela que al llegar a las casillas, los funcionarios le exigían ir vestida de hombre.
“Me decían que la apariencia física no concordaba con la identidad que estaba en la credencial, y pues nos ponían peros”, recordó Romina.
La comunidad LGBTTTI en la entidad tiene un padrón cercano al 10 por ciento de los electores, pese a ello, las iniciativas de ley que se pelean no han sido aprobadas por la Legislatura en los últimos años.