La humanidad sigue atizando la división, celos y envidias que generan injusticia, corrupción y violencia de grupos criminales, señaló monseñor Joseph Spiteri, nuncio apostólico en México, que pidió a los fieles convertirse en luz de la palabra de Jesús y vencer el miedo de todos estos males del tejido social.
En la misa de Domingo de Pascua y acompañado por el Arzobispo de Toluca, la máxima autoridad eclesiástica en México explicó que este día es de alegría y gozo porque Jesús triunfó sobre la muerte.
“Creo que todos hemos vivido momentos difíciles en nuestra vida y hemos sentido miedo a causa de alguna situación difícil personal o situación social y familiar, a no lograr salir del mismo como una enfermedad”, refirió en la homilía.
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Sin embargo, dijo, no habría que tener miedo cuando Jesús es compañía pues Dios ofrece paz y serenidad justo en medio de situación tristes.
Para ello, subrayó, se necesitan los ojos de la fe para encontrar a Dios, ya que todo cristiano está llamado a compartir la buena nueva con todos de que Jesús ha resucitado.
“Él es nuestra verdadera esperanza en la lucha que seguimos librando en nuestra vida a causa del pecado, sobre todo cuando la humanidad sigue atizando divisiones, celos y envidias”, aseveró.
Cuantas veces, subrayó, la sociedad cierra los ojos frente a injusticias, corrupción y violencia de grupos criminales. De hecho, añadió, “a veces somos nosotros mismos los que fomentamos conflictos sociales”.
Todas estas realidades, aceptó, hacen perder la esperanza de vivir en paz y alcanzar un desarrollo humano digno, pero la resurrección es la certeza de que Cristo ha liberado a todos de sus faltas.
“La victoria del Señor sobre la muerte permite luchar cada día contra las injusticias y todo mal, gracias a su resurrección nos podemos encontrar como hermanos fraternidad capaz de cambiar el tejido social donde vivimos en familia, en parroquias, grupos eclesiales con amigos y colegas”, recalcó.
El resucitado, añadió el Nuncio Apostólico en México, brinda la fuerza para levantar al hombre de todos sus pecados, equivocaciones y fracasos.
“Jesús siempre está con nosotros y gracias a la luz nos ayuda a vencer el miedo. Por ello hay que ser reflejo de su luz para que lograremos ser testigos y misioneros de su amor lleno de ternura”, finalizó.