Guillermina Flscher llegó a Tenancingo, en el sur del Edomex, tras ser testigo de la furia del huracán Otis la noche del miércoles 25 de Octubre y que destruyó Acapulco.
"Soy bendecida porque estoy viva, me quedan las ganas de vivir, me refugié en un cuarto con mi perro pero la fuerza del huracán se llevó todo, ventanas, puertas, muebles y láminas", recordó
Residente de la colonia Costa Azul, explica que las autoridades les comentaron que el huracán tocaría tierra cerca de las 6:30 de la mañana del jueves, pero les llegó la furia de Otis a las 23:30 horas del miércoles.
"Esto no fue un huracán categoría cinco como dicen, fue mucho mayor, la tierra crujía y las olas se levantaban más de diez metros, yo solo escuchaba cómo bufaba el viento, eran las ráfagas de más de 350 kilómetros por hora, fue una cosa de terror", relató
Acompañada de una amiga con familia en Tenancingo y residente de Acapulco, llegó al centro de acopio que instaló el Club de Leones para recaudar víveres en apoyo a los damnificados del puerto en el Jardín Morelos.
Afirma que se quedó sin ropa, toda se la llevó Otis, el cual destruyó su casa de dos plantas y dejó su automóvil con severos daños.
"Sólo traigo esto puesto y eso porque me los prestó ella (su amiga), esta blusa roja y este pantalón azul marino, toda mi ropa se la llevó el agua", aseveró.
Subrayó que Acapulco está totalmente devastado, "no hay nada, por eso me vine". Plática que voluntarios de Toluca fueron a dejar despensas y pidió la trajeran al Estado de México, donde radica un familiar.
Precisó que los postes de concreto de luz fueron arrancados de la tierra y los automóviles llegaron a estar hasta apilados uno encima de otro.
Mientras saca de su bolso negro su celular y muestra fotografías de la devastación que ella misma tomó.
"Mira los postes, los árboles de raíz los arrancó la fuerza del viento, esta es mi casa, las ventanas de madera salieron volando; mira, aquí estaban las puertas, las arrancó. Ve mi techo ,se llevó treinta láminas, mis muebles; fue algo que nunca voy a olvidar", comentó.
Mientras señala con la mano derecha la mesa donde se colocan los productos que van donando los samaritanos, da las gracias a los socios del Club de Leones por esta labor.
Por último, indicó que se regresa a Toluca y esperará que las condiciones del puerto mejoren para poder regresar y comenzar de nuevo, al tiempo que agradeció a las personas por la gran labor en apoyar con víveres.