Para poder crear un entorno armonioso dentro del hogar y a su vez prevenir la violencia, es necesario generar estrategias como la identificación de nuestras emociones negativas a través de una especie de termómetro, así como externar las situaciones que nos incomodan, para tener un acuerdo familiar y respetar los espacios que cada integrante requiere para su bienestar, manifestó Rommy Patricia Acosta Paredes, directora de la fundación Juconi México.
Durante su conferencia “¿Cómo construir espacios seguros y amorosos para prevenir la violencia?” transmitida a través de Facebook Live de la asociación Alumbra, una luz contra el abuso infantil, la especialista indicó que antes que nada se requiere que los integrantes de una familia, sin importar su edad, sepan identificar sus emociones, pues de esta manera se podrá actuar antes de generar un entorno violento, y hasta evitarlo.
Explicó que durante el confinamiento domiciliario derivado de la pandemia de Covid-19, ha generado que los índices de violencia y altercados dentro del entorno familiar se eleven, por lo que hay que ser conscientes sobre las estrategias que se necesitan para tener una adaptación exitosa en la “nueva realidad”, que por el momento, no es más que permanecer en casa y el establecer horarios para cada actividad, como el trabajo y el estudio.
Siempre hay que escuchar a los niños
De acuerdo con Rommy Patricia Acosta Paredes, durante el aislamiento domiciliario es necesario escuchar la opinión de los más pequeños, pues éstos pueden generar niveles de estrés muy elevados sin que sean necesariamente palpables para sus padres.
En este contexto, afirmó que ante los cuestionamientos de niños y adolescentes sobre cualquier situación que se genere al interior del hogar y fuera de éste, se debe dar respuesta con base en la veracidad, pues de ésta manera se evitará la creación de posibles inseguridades y miedos sobre determinadas circunstancias, tales como la actual pandemia mundial.
En el caso de los adolescentes, los padres deben aprender a respetar su espacio, gustos, hobbies y otros, pues de ésta manera preponderará la armonía familiar.
Nuevas y buenas formas para relacionarse
Para garantizar que durante el confinamiento y el retorno a la “nueva realidad”, las familias deben comenzar a crear nuevas y buenas formas de relacionarse, pues de lo contrario, se corre el riesgo de cometer errores de comunicación y hasta tener un comportamiento un tanto agresivo, a causa del encierro.
En este sentido, Acosta Paredes manifestó que para iniciar se puede realizar un “termómetro de emociones”, a través del cual se marquen los sentimientos de tristeza, enojo, felicidad, aburrimiento, frustración y otros, representados por los colores verde, amarillo y rojo, con el objetivo de identificar una posible situación de conflicto antes de que ocurra, y neutralizarla.
“Si identificamos cómo nos hace sentir el enojo o la misma frustración, podemos evitar que una situación en particular nos sobrepase y se genere un conflicto, que nos haga explotar contra otros integrantes de la familia y todo concluya en una discusión. Si podemos identificar la emoción negativa desde un principio y la canalizamos de manera adecuada, nos podemos ahorrar muchos problemas”, sostuvo la ponente.
De ahí que hay que implementar estrategias para tranquilizarse, sobre todo cuando nos sentimos enojados o creemos que una situación nos va a sobrepasar, agregó la especialista.
Este termómetro incluso ayudará a nivelar la comprensión sobre el sentir en los adolescentes, así como evitar conflictos con sus padres por la excusa de que no son comprendidos.
¿Qué hacer cuándo se pierde el control?
Cuando una situación de conflicto ya se generó, es necesario que las partes involucradas recapaciten en lo que ocurrió y reconozcan su error, poniendo de lado el ego y el orgullo.
Durante la charla difundida a través de la red social Facebook, Rommy Patricia Acosta mencionó que siempre ayuda que quien gritó, ofendió e hirió con sus palabras a alguien más, pida disculpas y se establezcan acuerdos para mantener una sana relación familiar.
Aunado a ello, es necesario darse un “tiempo fuera”, para recuperar la calma y el control, es decir, calmar la emoción que en ese momento se tiene, y tener claro que “los golpes jamás son una opción”.
Para finalizar, Acosta Paredes mencionó que siempre es válido pedir ayuda profesional y expresar las emociones negativas siempre y cuando no se lastime a terceras personas.