Una de las críticas más recurrentes al sistema de seguridad pública en México deriva de los bajos salarios de los policías, quienes enfrentan a la delincuencia con una precariedad constante.
Ubicados en la trinchera más peligrosa, los elementos de distintas corporaciones policíacas continuamente son superados ante la omnipotencia financiera de quienes optan por el camino de la ilegalidad.
El Estado de México no escapa a esa realidad. Por ello, destaca el anuncio del gobernador Alfredo del Mazo, quien presentó una nueva imagen y estrategia para la Secretaría de Seguridad, aderezada con incrementos salariales para los 19 mil policías estatales que serían de un 15%.
La medida es loable en un contexto de dignificación de la función policial, sin embargo, a la luz de los actuales salarios apenas sería el inicio para ofrecerles a los policías una alternativa de sobrevivencia económica, sin tener necesidad de corromperse.
Con datos de 2017, porque la Secretaría estatal de Seguridad no ha actualizado su información de sueldos y salarios, se puede conocer que un policía sin grado alguno tenía un salario base mensual de 7 mil 17 pesos, lo cual con el incremento anunciado alcanzaría los 8 mil 69.
A su vez un elemento con la denominación de policía tercero, siguiente categoría en el aspecto salarial, subiría su salario base mensual de 7 mil 701.20 pesos a 8 mil 856.
En promedio con las compensaciones y colaterales, los sueldos netos de estos policías se ubicarían entre 11 mil y 13 mil pesos mensuales, lo cual continua siendo bajo si se considera que cumplen horarios extendidos, enfrentan estrés de manera permanente, están en riesgo de sufrir agresiones, y son presa constante para la corrupción.
De acuerdo con comparativos de distintos medios de comunicación, los sueldos mínimos mensuales de policías en países desarrollados superan los 25 mil pesos, lo cual marca una distancia en el nivel de seguridad que viven sus respectivos ciudadanos. *