La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), determinó que Toluca, dentro de los municipios considerados en este estudio, ocupa el primer lugar en la entidad mexiquense en la percepción ciudadana sobre conflictos o conductas antisociales.
Para el psicólogo clínico e integrante de Enlace Emocional, Erick Arturo Escandón Pérez, esto deriva de la psicosis social que hay por la incidencia delictiva.
La Ensu detalló que un 56.9% de la población de Toluca sostuvo algún conflicto o enfrentamiento entre familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o con autoridades de gobierno, de acuerdo con la última medición realizada en 2019.
El especialista explicó que perfil psicosocial de Toluca podría dividirse en dos grupos, el de la delincuencia y el de las víctimas, quienes además padecen de paranoia y psicosis social.
En el primer caso, los delincuentes tienen un perfil narcisista, maligno y existe psicopatía, que en conjunto ocasionan que no tengan respeto por sus prójimos, ni empatía, además de registrar impulsividad, falta de culpa y agresividad.
Las personas que se encuentran en este grupo tienen afectaciones psicológicas que no les permiten diferenciar entre lo bueno y lo malo, debido a que proceden de familias disfuncionales donde no tuvieron esta guía, y por ende, normalizan las situaciones de violencia.
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En tanto el segundo grupo, correspondiente a las víctimas, son presas de la paranoia, según las experiencias que vivieron derivado de situaciones delincuenciales.
“Quienes han vivido una situación con el crimen organizado pueden desarrollar ansiedad, estrés agudo o trastornos por estrés postraumático.
"En esos grupos de forma general es cómo podríamos clasificar a Toluca, no podemos ser más específicos porque para ello se requerirían medir parámetros determinados y realizar un trabajo de campo”, apuntó.
El experto en salud mental estimó que en las últimas dos décadas el nivel de miedo entre la ciudadanía pasó de un nivel leve a moderado, derivado de los crecientes cambios en los índices delictivos.
Derivado de ello, dijo, un gran porcentaje de la ciudadanía ha optado por cambiar sus rutas y hábitos cotidianos.
La armadura de la agresividad
Escandón señaló que la agresividad en las personas es una muestra de la psicosis social que vive la población a consecuencia de la inseguridad.
“Este es el motivo por el cual hoy en día las personas ya van armadas y hasta abaten a los delincuentes, ya no es nuevo ver una noticia en la que surge alguna especie de justiciero y el hecho de difundir tanto esa información, también es una causante de generar esta psicosis, los medios tienen su responsabilidad en ello”, explicó.
Agregó que el instinto de supervivencia y la necesidad de seguridad es uno de los principales pilares, según la pirámide de Maslow, la cual en psicología mide las necesidades humanas, por ello que en ocasiones los ciudadanos responden de manera agresiva a la más mínima provocación.
El psicólogo clínico exhortó a la ciudadanía a vivir el proceso terapéutico que se ofrece por medio de la psicología, con el objetivo de trabajar en los aspectos de su personalidad que pudieran intervenir en su relación y convivencia social y familiar.
