Acaba de pasar el Día del Amor y la Amistad, fecha en la cual, tanto amigos como parejas, aprovechan la ocasión para regalar algo a sus seres más queridos aunque no siempre funciona como una regla general y en ocasiones simplemente es un pretexto para reunirse en grupo y pasar un buen rato.
Desafortunadamente y contrario a lo que se pensaría, la realidad de los jóvenes y su entorno es cada vez más compleja. A raíz de un estudio publicado por la BBC a finales del año pasado, el cual investigó de forma exhaustiva las consecuencias de la soledad y su relación con jóvenes, se pudo comprobar que aproximadamente el 40% de los jóvenes entre los 16 y 24 años se sienten solas. En cambio, en las personas mayores a 75 años sólo el 27% registró ese mismo sentimiento.
Lo verdaderamente extraño de esta situación es que, dichos resultados, pueden sonar contradictorios a lo que normalmente vemos en las redes sociales. Plataformas o, como diría Marc Augé, “no lugares”, es decir, espacios en donde normalmente transitamos y nos relacionamos con otros pues es muy común que los jóvenes posteemos una gran variedad de fotos en donde se nos ve felices y realizados, aunado a la variedad de likes y comentarios que obtenemos por esta práctica.
Luego de esta breve introducción muchos de ustedes pensarán: ¿Y eso en qué me afecta si el estudio fue realizado en otro país? Desafortunadamente para muchos –y para otros no tanto– este estudio fue realizado con 55 mil personas provenientes de culturas, países y géneros diversos, incluido nuestro país.
En dado caso de que nuestro querido lector sea más estricto con las fuentes encargadas de realizar dicho estudio, es necesario resaltar que la encuesta fue dirigida por la Universidad de Manchester en coordinación con las universidades de Brunel de Londres y Exeter. Es decir, es una investigación seria que demuestra con datos reales una pequeña fracción de la realidad.
Ahora bien, regresando al tema, una de las conclusiones más lógicas encontradas fue que la soledad, experimentada por los jóvenes, se origina en las etapas como la adolescencia y postadolescencia e indudablemente depende de la situación socioeconómica y época en la que se desarrollan.
Por si esto fuera poco, a pesar de lo que indican las estadísticas también hay una serie de factores externos que determinan o potencian dicho padecimiento como las redes sociales, los teléfonos celulares y la misma tecnología.
A través de esto podemos experimentar el padecimiento de la soledad debido a que, tal y como lo dice el estudio, es algo que siempre ha pasado. En el pasado y con la carencia de Internet los jóvenes de esa época se encerraban a escuchar canciones melancólicas y/o a escribir en su diario lo que vivían en su día a día. Esto, querido lector, no es una práctica extinta sino que actualmente es muy vigente. Sólo ha cambiado el lugar en donde los jóvenes actuales escuchamos y escribimos muestras penas: Facebook.
Como lo sugieren estos resultados, la soledad en la adolescencia se debe a factores que tienen que ver con uno mismo y no tanto con el entorno. No es lo mismo sentirse solo que estarlo. Esto radica en que, durante los 16 y 24 años, experimentamos sensaciones y sentimientos de una forma más intensa justamente aquí es donde encontramos un factor a tomar en cuenta pues, dadas esas condiciones estamos más expuestos a sufrir algún tipo de daño ya sea físico o emocional.
EL USO DE INTERNET EN EL DÍA A DÍA
Los investigadores reportaron que otro de los hallazgos importantes dentro de esta investigación fue que, curiosamente, las personas que más amigos tienen en sus redes sociales (Facebook) se sienten más solas. En gran parte, se cree, que de esta forma los jóvenes que sufren de este problema, llenan un vacío que no pueden afrontar en la realidad.
En suma, el 41% de los jóvenes participantes declararon que piensan que la soledad puede llegar a ser una experiencia positiva e incluso, una tercera parte del grupo consideró que la soledad simplemente se trata del acto de estar solo.
Con base en esto Pamela Qualter, profesora de psicología de la Universidad de Manchester, declaró que la investigación brinda información valiosa para determinar el cómo y el cuándo se experimenta la soledad, además de detectar cómo se relaciona con la edad, entorno laboral, situaciones de discriminación o algo meramente personal.
Por su parte, Claudia Hammond, de la BBC, declaró: “Esta investigación muestra que debemos tomar en serio la soledad en todos los grupos de edad. Sabemos que la mayoría de la soledad es temporal, pero necesitamos encontrar las formas de evitar que se convierta en algo crónico”.
Todo esto indudablemente tiene que ver con las prácticas que realizamos en nuestras redes sociales. En el afán de demostrar que somos populares intentamos acaparar la mayor cantidad de “amigos” sin tomar en cuenta los riesgos a los cuales podemos exponernos. Muestra de ello es que, en México durante 2018 y de acuerdo con un estudio de la Asociación de Internet.MX, del total del tiempo que destinamos para el uso del Internet, en promedio, el 40% de ese tiempo está destinado exclusivamente a usar Facebook.
Hay que señalar que la falta de convivencia directa con amigos, familiares, compañeros de trabajo o de escuela son un signo de identidad de la sociedad contemporánea que, parece, se ha encargado de aislarnos cada vez más. Por ejemplo, desde las personas que radican en grandes urbes hasta los que habitan en pequeños poblados, han tomado como cobijo o refugio la realidad virtual para cubrir ese vacío de las relaciones amorosas y de amistad.
DEPRESIÓN: UNA MUERTE SILENCIOSA
Según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el 2015, la tasa de suicidios media en el continente americano era de 9.8 por cada 100 mil habitantes. Dicha cifra equivale aproximadamente a 65 mil muertes anuales.
Si a esto le sumamos que la depresión es la causante de aproximadamente 800.000 casos de suicido al año en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la situación se vuelve más compleja.
Ante esto, el economista Cristián Morales Fuhrimann, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS en Cuba, indicó que “Es la principal causa de muerte en los jóvenes entre 15 y 29 años. La depresión no discrimina, afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales ya que cada año 800 000 personas se quitan la vida a nivel mundial y 65 000 en la región americana”.
Lo verdaderamente crítico de la situación es que en América Latina tan solamente 1 de cada 5 personas con depresión reciben un tratamiento lo cual se traduce a cifras realmente grandes a la hora de hacer cálculos más concretos.
Ahora bien, en cuanto a la situación de nuestro país, los datos más recientes sobre suicidio que tienen disponibles el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México datan de 2014. En dicho informe, se resalta que los hombres cometen el 80% de los suicidios. Además, el grupo de edad con más víctimas de suicidio son los jóvenes que tienen entre 15 y 29 años, con una tasa de mortalidad por esta causa de 7.9 por cada 100 mil jóvenes.
Si bien México cuenta con una de las tasas más bajas de suicidios en la región, la OMS lo define como un problema de salud pública. Problema que no ha sido tratado con la debida seriedad ya que se invierte menos del 1% de su presupuesto a cuestiones de salud mental. De hecho, cifras recientes indican que en el territorio nacional sólo se cuenta con apenas tres psiquiatras por cada 100 mil habitantes.