Historias y leyendas cautivan a quienes pasean en lancha por la presa de Tepatitlán y es que después de casi un año de estar varados por la pandemia de Covid-19, lancheros de este sitio ofrecen tours en lancha que incluyen la narración de historias y leyendas, así como música en vivo y hasta un paseo gastronómico.
La presa de Tepetitlán, considerada como el “corazón” de San Felipe del Progreso, es la principal fuente del vital líquido, principalmente para riego, de al menos 14 comunidades ubicadas en los alrededores de este enorme cuerpo de agua. Este lugar se localiza a escasos 30 minutos de la cabecera municipal y los comuneros lo han convertido en un atractivo turístico.
“Hace tres años, por iniciativa propia, adquirimos una lancha y la gente nos comenzó a pedir un paseo, fue así que vimos en esta actividad una forma de vida y a la fecha ya somos nueve lancheros que nos dedicamos a esta actividad”, dijo Ramón García, uno de los lancheros de la zona.
Platicó que a raíz de esa idea se instaló un pequeño embarcadero cerca de la compuerta y es ahí donde pueden llegar los visitantes a solicitar el paseo en lancha, el cual tiene un costo de 30 pesos por persona o 180 pesos por una hora de recorrido.
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“El paseo dura cerca de una hora y el visitante es quien decide a dónde quiere ir. Lo más común es visitar una isla que se encuentra dentro de la presa, pero también se pueden visitar otros puntos”, declaró Federico Ramírez, también lanchero de la zona.
Agregaron que además del paseo por este cuerpo de agua, que es una experiencia diferente, los paseantes pueden disfrutar de la gastronomía del lugar y de algunas leyendas que forman parte de la historia de esta presa que data de principios del siglo XIX.
“Las personas que vienen a la presa también pueden degustar lo que el agua nos da, como son los charales, acociles, ajolotes o ranas, entonces la visita se vuelve también en un paseo gastronómico”, añadió Federico.
Cómo viven la pandemia
Ambos lancheros explicaron que tras su iniciativa, poco a poco la actividad turística en el lugar creció, sin embargo, la pandemia por Covid-19 los impactó de manera negativa, por lo que el año pasado no hubo visitantes, sin embargo, este año se pretende impulsar el turismo con ayuda de las autoridades municipales.
“Es un lugar muy bonito que la gente no puede dejar de visitar. Primero estamos apostando a la gente de la región, pero también de otros municipios, incluyendo Toluca, para después lograr que nos visite gente de la Ciudad de México y otros estados del país”, recalcó Ramón.
En el caso de los lancheros, dijeron, ya se ofrecen los tours por la presa a un precio accesible.
"Ojalá que la gente nos vea y nos visite, no se van a arrepentir, pues además contamos con todas las medidas sanitarias y de prevención necesarias durante su estancia en esta presa”, finalizó Federico.
Zona de riego
Aunque la presa de Tepetitlán, ubicada en San Felipe del Progreso, es la principal fuente de riego para las tierras de cultivo de la zona, también es un atractivo turístico, por ello las autoridades municipales intentan, mediante un ambicioso proyecto, atraer a miles de visitantes a este lugar.
Se encuentra en la comunidad de Enyegé y en un principio sólo contaba con bordos de tierra a su alrededor. Su objetivo primordial es captar agua y ayudar a los campesinos de la zona dedicados al cultivo de diferentes especies de semillas.
Con el paso del tiempo se formó un comité para donar varios terrenos y extender la capacidad de la presa. De hecho, en el año 1920 ya era considerado uno de los cuerpos de agua más grandes del país.
Así, a principios del siglo XIX, la gran presa de Tepetitlán contaba ya con un gran sistema de riego que fue reforzado en 1964, cuando se inauguró la nueva presa que pasó de una capacidad de 20 millones de metros cúbicos a 70 millones de metros cúbicos.
El cuerpo de agua cuenta con una cortina de mampostería que mide 21.20 metros, así como canales que miden dos metros de largo por tres de ancho, lo que permite tener un sistema de riego para más de 6 mil hectáreas que están divididas en 46 comunidades de cuatro municipios: San Felipe del Progreso, Ixtlahuaca, Jocotitlán y Atlacomulco.
Actualmente existe un asociación de usuarios de la presa, quienes están en contacto constante con personal de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), que es la que administra el agua, y dependiendo de las necesidades de los pobladores se fracciona el vital líquido que se destina principalmente para las tierras de cultivo e incluso para el ganado de la zona.