Los pedidos y ventas por Internet, no frenaron la venta de las prendas elaborados a mano por Marcelina Mendoza, quien consideró que a un artesano nunca se le debe regatear.
La artesana originaria de esta ciudad de Toluca, explicó que la actual pandemia de Covid-19, no frenó sus ventas gracias a los pedidos y entregas que se pactan vía Internet.
La tecnología, consideró la mujer de 76 años de edad, fue determinante para que junto con la ayuda de su hija, los pedidos no pararan y por lo mismo, su telar no descansará.
Sin embargo, aceptó que lamentablemente las prendas elaboradas por manos de artesanos, siguen siendo muy poco valoradas y hoy día son más adquiridas en otros países, que en México.
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“En una ocasión una clienta me dijo que porque este trapo común y corriente estaba tan caro, que no lo veo chiste y la invite a conjure el proceso de elaboración”, agregó.
Refirió que una vez que conoció todo el proceso aceptó que realmente valía la pena, pero aún así para muchas familias era inalcanzable poder adquirir una prenda de este tipo.
“Reconozco la labor de los artesanos pero a mí no me alcanza para comprarme una prenda de este tipo, al final terminé por venderle un quesqueme en abonos, pero si pago su precio real”, recalcó la artesana.
En este sentido, subrayó que las prendas son muy poco valoradas y por lo mismo, el precio para la mayoría de gente se les hace muy caras, aunque muchas veces desconocen que se trata de prendas para toda la vida.
“Lo que si les recomiendo a todos es que nunca le regateen a un artesano, pues no saben todo lo qué hay detrás de cada producto, el precio real ayuda a los artesanos. No echen si trabajo en saco vacío”, afirmó.
Reconoció que por fortuna hay muchas instituciones de apoyo a los artesanos como FONART y permite a los artesanos ofertar sus prendas en los mismos, eso los ayudas en mucho.
“Lo que nosotros hacemos es una labor no de manos mágicas sino de amor a la identidad, es convertir trozos de tela que nosotros mismos elaboramos con amor a nuestras raíces”, recalcó.
Aseveró qué hay muchos artesanos que buscan un lugar para exponer sus artesanías, pues muchos al no encontrar un espacio optan por otras opciones laborales.
“Te aseguró que si hubiera más reconocimiento de la labor que hacemos y con ello más espacios, habría menos gente en la fábricas y todos estaríamos mejor”, finalizó doña Marcelina Mendoza.