Una práctica recurrente en los usuarios de tarjetas de crédito o con deudas bancarias, y sin posibilidad inmediata de pagar el adeudo total, consiste en buscar mejorar condiciones para la amortización gradual del endeudamiento contratado.
Los bancos generalmente son quienes ofrecen esos nuevos perfiles del crédito, con el fin de mantener cautivos los deudores, o en el mejor de los casos, darles una esperanza de concluir algún día con sus deudas.
El beneficio para los deudores es que disminuyen tasas y montos de mensualidades, sin embargo, el costo de la deuda suele prolongarse con beneficios para los bancos.
Si esta realidad la trasladamos de las finanzas personales al nivel gubernamental, las secuelas son contrastantes.
Ayer el Congreso mexiquense, quien inició su último periodo ordinario de sesiones, recibió la iniciativa del gobernador Alfredo del Mazo para refinanciar la deuda estatal que asciende a 43 mil millones de pesos.
Resalta que la administración estatal asegura que el endeudamiento público ha sido manejado de manera eficiente, incluso registra calificaciones positivas, pero aún así requiere una reestructuración total.
En ese refinanciamiento, de ser aprobado por los diputados locales, entrarían los 28 créditos contratados entre 2004 y 2018 con diferentes instituciones bancarias.
El objetivo no es pagar la deuda en el corto plazo, pues los pagos se alargarían hasta un máximo de 30 años, por lo cual la medida obedece a una reingeniería financiera del gobierno estatal, quien busca aminorar el costo de la deuda, pero prolongando los créditos hacia próximas administraciones y generaciones de mexiquenses.
No es nada nuevo, esta práctica la han instrumentado anteriores gobernadores, quienes han intentado contar con mayores recursos a costa de ampliar plazos de deuda, lo mismo que haría cualquier usuario de tarjetas de crédito con una deuda alta.
Entonces la pregunta que haría cualquier neófito de las finanzas públicas, es ¿cuándo se pagará la deuda mexiquense? No hay respuesta, pero al menos existirá dicho endeudamiento en los próximos 30 años, claro, de aprobarse la iniciativa del ejecutivo estatal. *